Revista Humor

El humor como terapia de choque

Por Andi

Reírte de tus problemas y tus miedos es la medicina más sana y eficaz para superarlos.

Si no puedes afrontar las dificultades con las que te encuentras en tu vida, únete a ellas o, mejor, salúdalas con una carcajada.

Es un método que cada vez se utiliza más en las consultas de los psicólogos y psiquiatras de todo el mundo y se presenta como la cara más amable de las terapias de choque.

Pero, para solventar problemas más cotidianos, te proponemos una terapia de choque muy sencilla que puedes realizar, incluso, sin la ayuda de un experto.

El humor como terapia de choque.

Aprende a reírte de ti mismo

Descubre por qué el buen humor te permitirá deshacerte fácilmente de tus traumas y preocupaciones.

-Afrontar no sólo la vida sino también los problemas con los que vivimos con humor nos ayuda a distanciarnos de ellos y a verlos con otra perspectiva. Al observarlos desde un segundo plano, adquirimos otro punto de vista que nos permitirá juzgar lo que nos ocurre de un modo completamente impersonal.

-Vivir en positivo y quitando importancia a lo que nos sucede hace que sintamos menos ansiedad cuando las fobias o los miedos aparecen en nuestra realidad cotidiana. Saber relativizar es imprescindible para controlar el pánico o la angustia.

-Estudios recientes han demostrado que trabajar a favor de la salud mental es mucho más efectivo que luchar contra los problemas que le afectan. Por tanto, haz que tu forma de actuar esté enfocada hacia tu bienestar emocional.

-Además de ayudarnos a ser optimistas, el humor nos permite desdramatizar todas las situaciones. A esto hay que añadir el poder de la risa como un sistema fundamental para aliviar las tensiones.

-Si nos reímos de nosotros mismos, nadie podrá hacerlo. Y esto, inevitablemente, hará que aumente nuestra autoestima, con la consecuente disminución de los efectos que provocan en nosotros los distintos problemas que nos atormentan.

-Conseguir que nos diviertan las situaciones que antes nos provocaban terror y entenderlas como una forma de autosuperación (por ejemplo, en casos de fobia al volar o a hablar en público). Éste es el principal fin al que debemos aspirar y el que nos ayudará definitivamente a mejorar nuestra fortaleza mental. Antes, eso sí, habremos tenido que pasar por horas de risa y buen humor.


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