Revista Psicología

El infierno puede ser divertido si estás con el demonio correcto

Por Paulo Mesa @paucemeher
El infierno puede ser divertido si estás con el demonio correcto

Creo que me falta un demonio en este momento. No sé cómo sea ni como luzca, pero en todo caso parece hacerme falta un demonio. Me gustaría preguntarle a mucha gente cómo es su demonio personal, cómo habla, qué hace, qué dice, qué piensa.

Todos tenemos demonios personales, pero este que describo aquí es un demonio diferente, es uno más especial, psicodélico, apasionado, inspirador. Es un demonio que me puede mantener conectado con una conversación por horas, que me hace propuestas insólitas, que me pone retos salidos de la costumbre mientras escuchamos música.

Este es un demonio sin tiempo ni cuerpo ni género. Es un demonio del alma y del cuerpo, que vive en medio del aquí y el allá. Se parece más a un fantasma que sale en cualquier momento con cualquier idea. Es un fantasma que pasa la noche con una copa de vino o con varias cervezas frías.

Me hace falta ese demonio. Es un demonio bohemio, que se recrea en el pasado y sueña con el futuro, pero con los pies y la mirada siempre puestos en el presente; por eso es un fantasma tan raro. Este demonio viene todos los días de la vida, a cualquier hora, preguntando cualquier cosa, sin pretensiones, sin juzgar, sin tener la razón, si que le importe estar en lo correcto. Solo viene y se instala, se queda ahí un buen rato y te mira mientras haces cosas.

Este demonio sonríe al escucharte hablar, te mira con cara de "postre" porque le pareces un postre. Este demonio te apasiona y le apasionas, así de claro, así de transparente. A este demonio le encantaría ir a todas partes contigo, le encantaría impregnarlo todo con tu presencia, con la compañía y la presencia de ambos. Este demonio no siempre necesita de una conversación; le basta con sentarse en el mismo sofá a leer o a verse una buena película; es suficiente porque para este demonio los momentos son pura presencia.

¿Dónde estás demonio? Quizás haya que hacer un cambio, pero ya no es el momento, por lo menos no por ahora. Mientras no te tenga cerca seguirás siendo un fantasma y lo que todos hacemos es terminar por desterrarlos o aprendiendo a vivir con ellos hasta que un demonio nuevo llega o hasta que descubrimos que los fantasmas viven solo en [de] nuestra imaginación.

😊


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