El inicio del inicio

En los últimos tiempos nos ha tocado vivir meses, y años, soportando una actitud del PP que sólo puede calificarse de imprudente, partidista y contraria a los intereses generales, pasiva y alejada de cualquier compromiso y negadora del pan y la sal al gobierno socialista del que sóloesperaba ver cómo terminaría pasando su cadáver por delante de su puerta. Hoy, tras convertir el desprecio en halago y en un rápido ejercicio de transformismo, ruegan y solicitan la colaboración de todos y somos todos los que hemos de arrimar el hombro. En los últimos tiempos hemos tenido que oír en innumerables ocasiones a muchos próceres populares dedicar al gobierno socialista y al PSOE calificativos indignos e impropios de gentes educadas y, más aún, si de representantes públicos hablamos. Cualquier tema servía para repartir y repetir consignas con las que soliviantar los ánimos. Cuando algunos hablaban, toda la ciudadanía sabía que la ración de insultos estaba servida. No se trataba de argumentar sino de denigrar. De todos ellos, quizá el repetido calificativo de "mentirosos", sea el menos agresivo. Pero hoy, tras la metamorfosis que ha convertido el desastre nacional en problema mundial, los españoles, que han esperado meses hasta conocer las verdaderas intenciones del PP, ya saben que el Sr. Rajoy les mintió, incumplió su palabra y les engañó cuando afirmaba una y otra vez que nunca subiría los impuestos. Ahora que la subida fiscal se llama "recargo temporal de solidaridad" (una solidaridad que financiarán en más de un 70 % las clases medias y bajas). Ahora que el exiguo 1 % de subida a las pensiones -que tantos aplausos arrancó entre los solidarios diputados populares en el discurso de investidura- desaparecerá absorbido por el incremento del IRPF. Ahora que la mitad de los españoles (no los más ricos, no los más pudientes) pagará más por el IBI de su casa. Ahora que la educación y la investigación, pilares sobre los que construir un nuevo futuro, ven empobrecidos sus presupuestos. Ahora que los derechos sanitarios peligran, los de los dependientes merman, el salario mínimo se congela por primera vez en 30 años o los trabajadores públicos trabajarán más por menos (pronto el ejemplo se extenderá a las empresas privadas, que pondrán a la administración como el ejemplo a seguir). Ahora que la Sra. Báñez se ha estrenado como ministra bocazas y alimentadora de la avaricia y la voracidad de los mercados afirmando que heredan "un país en la ruina económica y social". Ahora que se ha iniciado la aplicación de la mayor política anti-social de las últimas décadas que no se conseguirá enderezar, sino agravar, los problemas de la economía real. Ahora que, antes que atender a los problemas y necesidades de los ciudadanos, el único interés del gobierno popular está en atender y reducir el déficit (y si algún día se lograra, es del todo previsible que los ciudadanos continuarán igual o peor). Ahora que repiten la excusa con la que todo se justifica, la del aparente crecimiento del déficit, del 6 % al 8 %, se olvidan de decir que ello es debido a la "ruina económica y social" de los gobiernos de las comunidades autónomas que están, en su inmensa mayoría, en manos del PP. Ahora, en el inicio del inicio de esta legislatura, desvelada una parte de las secretas intenciones de la derecha española, sólo han logrado disminuir el peso de nuestros bolsillos y trasladarnos razones para el desaliento. Intentaremos compensarlas con esperanza y trabajo en la dirección contraria.