Revista Opinión

El insoportable Estado del Malestar (1)

Publicado el 22 septiembre 2013 por Cspeinado @CSPeinado

El insoportable Estado del Malestar. (1).

Foto CSPeinado. Lo más normal de encontrar en cualquier Hospital.

El Estado de Bienestar es, hoy por hoy, una gigantesca estafa del tipo Piramidal. Algo así cómo lo que era Forúm pero con patente de Corso del Estado. En sí, es tan ilegal cómo prometer cuantiosos beneficios a cambio de no poder sacar tu dinero de la cuenta en doce mil años pero cómo lo hace el Estado, pues nada, que Viva la Pepa y Aquí Paz y después gloria. Es la Gran estafa de nuestro siglo, un sistema del que se enorgullecen todas las fuerzas de izquierda y que esgrimen contra cualquiera que esté en contra de su coste o inviabilidad sin pensar que son ellos lo que hacen inviable todo lo que tocan. Eso sí, no les menciones que el artífice del Estado del Bienestar en España fue Francisco Franco que se ponen cardiacos. Mucho menos te atrevas a ponerlo en cuestión cuando, despúes de trastocarlo de maera subrepticia lo han conseguido en un sistema obsoleto y carísimo que sólo sirve para captar votos de forma mayoritaria entre aquellos que, paradójicamente, menos contribuyen a él.
Centros... ¿De Salud?
El Estado de Bienestar es aquel por el cual, el Estado, está pensdiente de que no te falte de nada. A saber, con las cuantiosas retenciones que te hacen en nómina si eres asalariado, pues si no lo eres no sólo no contribuyes al Malestar general sino que te aprovechas de sus múltiples ventajas, el Estado te proporciona grandiosos servicios que ya quisieran en puntos del Globo cómo Corea del Norte. Para empezar tienes derecho a una cojonuda asistencia sanitaria. Eso sí, siempre que no esté el hospital saturado de inmigrantes que, dicho sea de paso, tienen muchísimo más derecho que tu a asistencia aún cuando no contribuyan al sistema, perro xenófobo. Si te pillas un catarro, te pillas una mano con una radial o directamente te cortas el cuello con un cristal desbocado tendrás que aguantar no menos de seis o siete horas en urgencias para ser atendido. Eso sí que es nivel. Un sistema que pagas a precio de platino y que te da prestaciones de un seat ciento veintiocho.
Luego está el tema de donde estés. Pues hay centros de salud y carnicerías. Cómo suena. En ciertas zonas del país no se yo si será porla saturación de trabajo de los profesionales, porque los mismos no sean tan profesionales o directamente porque algún mamporrerillo de esos que se sacó la carrera con un cinco raspado, conservando la beca trece años y con los créditos de cafetería sobreganados se cuela en los hospitales a fin de hacer la puñeta a todos aquellos que estén adcritos o directamente a aquellos que llevan puesto en el carnet de identidad "a joder" por haber nacido en determinadas provincias. En éstos sitios lo mismo te pueden operar de una apendicitis a medio anestesiar, que enviarte con una operación de amigdalas a tu puñetera casa con un trombo del tamaño del capullo del PSOE en la garganta o con una cesaria a medio drenar de suerte que, con la penosa intervención te lleves, de regalo, dos litros de sangre podrida en la barriga para que tu marido se entretenga achicando durante un par de semanas.
Un dineral por el retrete.
Es la sensación que sientes cuando, estando en la fábrica vas a soltar el muelle en el excusado. Que ese dinerito que tanto te cuesta ganar se va por ese agujero oscuro de la taza de cerámica en la que miccionas con la misma soltura que la dorada urea que sin despedirse abandona tu ser. Un dinero que podrías invertir en muchísimas cosas y que ellos, la Casta, los parásitos que se han elevado cómo representantes de la Democracia (que será para ella porque a los demás bien que nos tienen cogidos porlos huevos) utilizan para comprar favores, pagar prevendas y echarse cemento cola del bueno para quedarse pegados cómo lapas a la poltrona en particular y el poder en General. No es raro encontrarte mil enchufados en nuestros hospitales. Lo raro es encontrar un profesional que haga bien su trabajo sin estar influenciado bien por el politicastro de turno, el sueldo o las guardias que le haya tocado cascarse a la salud de aquellos que, sin tener derecho a nada, nos obligan a los de abajo a tener todas las obligaciones y ni tan siquiera un remanso... Apañad tiritas que viene otro amputado.


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