El invitado

Acción y espionaje en esta cinta del director Daniel Espinosa.
Un renegado de la CIA (Denzel Washington), ha vuelto a despertar el interés de la agencia, después de que escape de sus perseguidores, pidiendo asilo en una embajada americana. Es detenido, y llevado a un piso franco gestionado por un agente novato y sin experiencia (Ryan Reynolds), pero con ganas de mucho más que ser simplemente un guarda de una casa. Allí se disponen a interrogarlo para ver de que escapa, cuando el piso es asaltado, y solo quedan Ryan y Denzel en pie, y por supuesto escapando. 
No voy a negar que la película resulta entretenida, sobre todo gracias a una buena puesta en escena, y al gran trabajo del reparto actoral. Pero sin embargo, es de esas películas, que caen en el olvido facilmente. Esto sobre todo, es porque le falta algo de fondo, algo más de crítica al sistema, en definitiva, algo más de mala leche.
El director, se mueve a gusto en las escenas de acción, y están bien rodadas. No se incluyen efectos digitales, algo que se agradece, y que hace muy realistas estas escenas, sobre todo en las que se incluye el combate cuerpo a cuerpo (tengo entendido, que Reynolds, le puso a Washington un ojo a la funerala en el rodaje). Pero entre las muchas que hay, ninguna es memorable, y se convierten en algo demasiado familiar, es decir, ya visto.
Entre los actores, tenemos a un Denzel Washington, al que este tipo de papeles le sientan como un guante, y se nota que se siente a gusto, hace un trabajo impecable. Como contrapunto, tenemos a Ryan Reynolds, que no lo hace nada mal tampoco, y por lo menos ayuda a olvidar uno de sus anteriores trabajos, Linterna Verde. Y en cuanto a los secundarios, son de lujo: Vera Farmiga, Brendan Gleeson y Sam Shepard. Los tres a buen nivel, y quizá algo más de minutos a alguno de ellos, no le habría venido nada mal a la película.
Tampoco me quiero extender mucho más, pues tampoco lo necesita. Una película para pasar un buen rato de acción y espionaje, sin muchas pretensiones, más que pasar un rato lo suficiente entretenido.