Revista Cultura y Ocio

El Jilguero que pudo conmigo

Publicado el 09 diciembre 2016 por Sofiatura
Creo que cuando llevas casi tres meses con la misma lectura, es momento de rendirte. Aunque tu esperanza no te abandone hasta el último momento, llegas a un punto (concretamente, a la página 514 de 771) en el que tienes que decir basta. Si algo he aprendido, es que  con los libros pasa algo similar que con el amor: del mismo modo que no puedes forzar una relación en la que ninguno de los dos siente esa chispilla de la atracción y la pasión mutua, tampoco puedes forzar una lectura que no terminas de disfrutar. Ergo, si tú no amas el libro, el libro tampoco te amará a ti, y nada conseguiréis luchando por una relación que no os hace feliz a ninguno... así que déjalo ir.
Dos años después de que El jilguero de Donna Tartt recibiese el Pulitzer de novela, a una servidora le entró la curiosidad por adentrarse en el misterioso mundo de un tocho de casi 800 páginas en la versión original. Hablaban de él como de la octava maravilla del mundo, como "uno de los clásicos del siglo XXI", y guau, tú, que a veces pecas de ingenua como lectora, vas y te lo crees.
El Jilguero que pudo conmigo
Pienso que da igual que te haya gustado o no la novela, pero coincidirás conmigo en que declararla un clásico de nuestra época es un pelín exagerado (qué dirían Dickens, Cervantes, Tólstoi y compañía, ¡Virgen Santa!). Porque en sí, toda la temática, el estilo narrativo y la línea argumental ideadas por Tartt están bien, pero no tanto.
Y sí, sé que dirás que no soy quien para juzgar porque no he terminado el libro. Pero eh, en mi defensa he de decir que las 514 páginas que me he papado no solo representan más de la mitad de la historia, sino que además son prueba de toda una hazaña digna de al menos una palmadita en la espalda (el típico "lo importante no es ganar, sino participar"), sabiendo que el libro no me apasionaba demasiado. Eso, y que los diversos y variados resúmenes de internet me dieron una idea clara y concreta de cómo acabó todo, y de qué opinión tengo al respecto.
Lo que digo, en pocas palabras, no es que El jilguero sea una chapuza, ni que no tenga partes buenas, ni que escribirla no haya supuesto un gran trabajo de organización y creatividad. Lo que creo, sin embargo, es que en realidad es una historia innecesariamente larga que cuenta muy poco. Tal vez, en menos páginas y añadiendo un poco más de acción, resultaría tan fascinante como muchos proclaman. Qué os puedo decir, yo soy de las que piensa que, en ocasiones, menos es más. 

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