► Título: El juego de Claudia
► Autora: Laura S. B.
► Serie: Libro independiente
► Publicación: 2010
► Editorial: Ediciones Babylon
► Páginas: 120
► Precio: 9 €
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Claudia es una veinteañera rebelde que disfruta saliendo de juerga, llegando borracha a casa de madrugada y metiéndose alguna que otra raya de cocaína en el cuerpo. Una noche como otra cualquiera, conocemos a nuestra protagonista mientras está de fiesta en un tugurio: música, un chico un tanto patético y un poco de polvo mágico para relajarse.
Cuando se despierta por la mañana (con una resaca del copón) su madre le enseña unas entradas para ir al teatro en familia: que sí, que sí, irá, pero sólo porque le duele demasiado la cabeza como para aguantar uno de sus sermones… Pero llega el sábado y sus padres no pueden ir, así que le toca acompañar a Dani, su hermano pequeño.
Envueltos en una extraña sensación, entran en el Theatre of Hell y se sientan en sus butacas, nerviosos sin saber por qué, y un hombre aparece en el escenario: vestido con un traje blanco, un sombrero de copa a juego y una máscara, anuncia el principio del juego. Es ÉL.
Empieza el espectáculo: una masacre de espectadores, miedo, gritos, bestias horripilantes… Y Claudia se despierta en un lugar desconocido. Está sola y no tiene ni idea de dónde está su hermano (o si estará vivo) pero hará cualquier cosa para encontrarle. Tiene que acabar el juego.
El Juego de Claudia es una pequeña novela de fantasía gótica con tintes de terror que me ha dejado más que satisfecha. Diferente a lo que he leído últimamente, es de esas historias que absorben desde el principio y se leen en un suspiro (a mi me duró una hora escasa, así que figuraos lo rápido que se devora).
La autora ha logrado una ambientación oscura y tenebrosa con ciertos guiños al País de las Maravillas de Carroll y toques melancólicos y terroríficos que han saciado mi apetito burtoniano. Si acompañamos a Claudia por el Bosque Muerto, veremos cómo pasa entre jardines de flores rojas, cae en las garras de seres espeluznantes y toma el té con una encantadora abuelita, a la vez que advertimos que no todo es lo que parece.
Para Claudia, la vida es sencilla y divertida: divertirse, escuchar rock, emborracharse y ser todo lo inconformista que pueda; es una anti-heroína en toda regla, pero eso no quita que sea una buena protagonista. Su compañero de aventuras es Adán: tres años mayor que ella, estudia periodismo, adora el cine, no ve nada sin sus gafas y siempre tiene una sonrisa en los labios. ¿Puede nacer el amor en un lugar como ese?
Laura ha demostrado que la calidad no es igual a la cantidad, ya que ha conseguido que disfrutase de lo lindo con una novela cortita de 120 páginas. Su narración no me ha fascinado pero sí me ha dejado muy buen sabor de boca, siendo sencilla y directa pero precisa a la hora de escoger cada palabra. Y qué decir del final: genial. No, no esperéis algo grandioso que rompa los esquemas, sino un final que encaje a la perfección con el resto de la historia y le de ese toque singular que tanto me ha gustado.
Mencionar además que el libro contiene algunas ilustraciones en blanco y negro creadas por la autora, que transmiten exactamente lo que yo imaginaba mientras leía. No sólo aplaudo a Laura por su historia y sus ilustraciones interiores, sino también por la maravillosa portada que ha diseñado ella misma: clap, clap, clap. Preciosa.
· Con la colaboración de Ediciones Babylon ·