El león cobarde y cómo conquistar tus miedos de emprendedor (III)

Este es el tercer y último post de la serie sobre el león cobarde y cómo conquistar tus miedos de emprendedor. Si quieres leer los dos primeros post de la serie haz clic para acceder al primero y al segundo.

La triste verdad sobre los emprendedores

El miedo nunca desaparece.

Solo vas mejorando la manera en la que te enfrentas a él.

Personalmente he sentido tanto miedo con el último proyecto que he emprendido como con el primero. De hecho, puede que tuviera más miedo, porque la experiencia me ha hecho saber cómo de difíciles pueden llegar a ser algunas cosas. Sobre todo construir algo desde cero. Por ejemplo, esta página web.

Pero el miedo no me paró. Realmente creo que eso es lo que define a las personas que llamamos héroes. Tienen el mismo miedo que cualquier otra persona, solo que deciden seguir para adelante.

Están dispuestos a quedarse en la cama, sudando y preocupándose por cómo van a pagar las facturas.

Están dispuestos a hacer cosas raras, poco populares, y que todos los demás piensen que son como el culo.

Están dispuestos a invertir años de su vida en un producto, solo para ver como fracasa y empezar otra vez de cero.

No es porque sean especiales. Simplemente saben cuál es el precio. Y están dispuestos a pagarlo.

Y realmente ese es el secreto. Y hay mucha gente dejándose la piel para llegar a crear ese producto, que invierte toda su energía en convertir una idea en realidad.

Pero todas esas tácticas fracasarán si no piensas de la manera adecuada.

La manera de pensar es lo que permite que las tácticas se conviertan en un negocio real y próspero. Es lo que permite pagar el precio, actuar, cuando tienes miedo.

Y hay que crearla de manera proactiva. Si te fijas en lo que hace la gente de éxito, te darás cuenta de que van a muchos seminarios, escuchan mucho material motivacional y se rodean de otros hombres de negocio de éxito que están tratando de hacer las mismas cosas.

No es una coincidencia. Ellos entienden el valor que tiene la manera de pensar y reservan algo de tiempo cada día para trabajar en esa forma de pensar, para ponerse ellos mismos en el estado de ánimo apropiado para levantarse y luchar.

Porque en el fondo, todos somos Leones Cobardes. Todos los días tenemos que despertarnos y nos tenemos que recordar a nosotros mismos cómo se ruge.

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