Revista Cultura y Ocio

"El libro de la selva" de Rudyard Kipling (1894)

Publicado el 13 diciembre 2013 por Tomas
Hola a todos de nuevo. Hoy aparcaremos los retos de lectura para recuperar todo un clásico de la literatura universal, y uno de esos casos en los que la repercusión de una película acaba eclipsando al libro en el cual se basa. Si hace ya tiempo tuvimos en KindleGarten a Rudyard Kipling con su magistral "Kim", hoy lo tenemos de vuelta con la que tal vez sea su obra más famosa. Yo me llevé una sorpresa al leerla que quiero comentar con vosotros. ¿La vemos?
Título: El libro de la selva / El libro de las tierras vírgenes (The Jungle Book)
Autor: Rudyard Kipling, uno de los escritores más trascendentes de la literatura inglesa, Premio Nobel de literatura y todo un hombre de su tiempo (gentleman, masón e imperialista)
Sinopsis: La vida en las tierras salvajes se rige por su propia ley. Hombres y animales deben conocerla, cumplirla y respetarla. Tanto la historia de Mowgli y sus hermanos de manada, como las del resto de protagonistas de estos cuentos son ejemplos de moral, de honor y de integridad. Desde la selva hindú hasta el círculo polar ártico, la vida se abre camino en una lucha tan inclemente como hermosa. 
¿Cómo lo podemos definir?: Como una recopilación de relatos de aventuras, protagonizados por diferentes personas y animales humanizados, ambientados en escenarios exóticos, y que tienen un propósito moral y ejemplarizante. 
¿Qué podemos destacar de él?: La humanización de los animales protagonistas, que representan a diferentes tipos de personas y grupos sociales, el exotismo que transmiten, sus diferentes estilos que van desde el relato de aventuras hasta la fábula clásica, y el carácter moral que poseen. 
Lo primero que deseo resaltar es que, como ya dije, al leer este libro, me llevé una sorpresa: descubrir que la célebre historia de Mowgli, compuesta de ocho cuentos, NO ES TODO lo que se cuenta en "El libro de la selva". Sí que es cierto que ocupa algo más de la mitad de la obra (en el Kindle, el 58%) pero se adjuntan además otros siete relatos independientes no relacionados con el niño-lobo. A partir de ahí, las diferencias con mi única imagen de la historia, la proporcionada por el cine, se vuelven abismales. Veamos:
Partimos de que Rudyard Kipling era un imperialista convencido y militante. ¿Está mal? Quizá, pero no lo juzguemos con nuestra óptica actual, pensemos que vivió en pleno auge del imperio británico (Rule Britannia, Britannia rules the waves), aquel que tenía en la India (que él tanto conoció y amó) su joya de la corona. Así, en los distintos animales que se pasean por las páginas de estos relatos, podremos identificar tanto a los abundantes y peculiares tipos que habitaban aquel país como a sus castas, desde las más elevadas (los cazadores como el tigre, la serpiente o el lobo) hasta las más humildes (los carroñeros como el chacal) y los parias o "intocables", en este caso los monos, que viven fuera de la ley, ignorados y despreciados por el resto de habitantes de la jungla. 

- Oye, que un orangután no es un mono, sino un simio. ¡Y no vive en la India!
- Lo que tú digas, pero ¡Canta y baila! ¡A la gente le va a encantar!
- Pues oye, a lo mejor con un poco de jazz... ¿Hacen unas cervecitas?


La idea central de Kipling es que la Ley es necesaria y debe cumplirse para que la sociedad funcione. En la Naturaleza, quien no cumple la ley sufre las consecuencias. Gracias a la ley de la selva Mowgli es aceptado en la manada y criado como un lobo más, y por culpa de la misma ley sufrirá el conflicto entre su humanidad y su animalidad, entre naturaleza y civilización, que le marcarán a lo largo de los cuentos que protagoniza. Cabe decir que el Mowgli de Kipling es una figura más próxima a la de Tarzán que a la del candoroso niño del cine. Mowgli, señor de la selva de Seonnee (vemos al ser humano como dueño de la naturaleza, para deleite de Ana Botella) no duda en imponer su voluntad a los animales, guiarlos a la lucha y empuñar el cuchillo cuando quiere hacerse respetar. No es un libro infantil: Es un libro hermoso, con unas descripciones preciosistas y con pasajes de gran belleza, de espiritualidad incluso, pero al igual que la naturaleza, es cruel y despiadada. Unos deben morir para que otros vivan. 
De igual modo, me sorprendieron gratamente los personajes de Baloo, un firme y severo maestro de la ley, encargado de instruir en ésta a los lobatos de la manada, y que reparte coscorrones a los alumnos poco aplicados, y la serpiente Kaa, firme y leal aliada de Mowgli, anciana pero temible y respetada en la selva. Baghueera es un personaje independiente, libre y con un punto misterioso, pero igualmente fiel y devota de Mowgli. 

Rudyard Kipling, con Bagheera. Obra de Vanessa Marston. 


Mención aparte merecen los anárquicos y caóticos monos, el pueblo sin ley, parias que viven lejos del suelo, sin memoria, sin líderes, sin intereses en nada, condenados a una eterna barbarie y a ser despreciados por todos, representan una vez más la tesis de Kipling, la de la necesidad de cumplir una ley y unos preceptos para que la sociedad sea viable. Tal vez quiera ver aquí, y tal vez me equivoque, una justificación de la actuación británica en la India, pero no voy a emitir jucios de valor que están fuera de mis capacidades.
¿Y qué hay del resto de los relatos? Pues tenemos dos ambientados en el circulo polar ártico:
"Quíquern", protagonizado por un esquimal y por su perro de trineo, que narra las rigurosas condiciones de vida en un entorno tan hostil, y la estrecha relación, casi simbiótica, entre humano y animal, que tiene un estilo a las historias de Jack London.
y "La foca blanca", una hermoso relato, casi una fábula, protagonizado por una foca del citado color, que desea salvar a sus congéneres de las matanzas que los humanos hacen de ellos, y busca por todo el mundo un santuario virgen para su raza. Es una historia muy evocadora. 
Y cinco ambientados en la India:
"Rikki-tikki-tavi", que es el nombre de una mangosta, la cual halla acomodo en el jardín de una familia, y en muestra de fidelidad y agradecimiento se propone limpiarlo de cobras. 
"Los servidores de Su Majestad" es un relato muy original. Un soldado inglés, que entiende el lenguaje de los animales, escucha como diversas especies de éstos (mulos, caballos, bueyes, camellos y elefantes) hablan con orgullo sobre sus papeles en la batalla (tirar de cañones, servir de montura a un húsar, transportar carga). Podría entenderse que cada animal simboliza a un cuerpo del ejército (artillería, caballería, intendencia...) y elogia el papel de los mismos en el poderío militar británico.
"Los enterradores" tiene un delicioso regusto a fábula clásica de Esopo o Samaniego. Un viejo cocodrilo conversa con un chacal y una grulla (animales carroñeros, serviles y rastreros) sobre su próspera y larga vida. Tiene un final impactante y, como el resto del libro, cargado de tintes morales. Muestra además la importancia de los ríos y las áreas fluviales en la sociedad hindú.
"El milagro de Purun Bhagat" es la narración más filosófica y espiritual del libro. Purun Bhagat es un hindú criado a la inglesa, que abandona su alta posición social y su celebridad en ambos mundos (colonia y metrópoli) para vivir como un santón. Salvando muy mucho las distancias, Paulo Coelho escribe cosas parecidas. Aquí resaltaría el elogio de la vida sencilla y de la comunión con la naturaleza. 
Por último "Toomai de los elefantes" es la sencilla pero bonita historia de Toomai, el jovencísimo descendiente de un linaje de mahouts (conductores de elefantes) y de su magnífico elefante Kala Nag. Toomai desafiará los deseos de su padre, pues desea ser cazador de elefantes salvajes (captor de ejemplares vivos para domesticar) y no mahout. La visión de un acontecimiento único y casi legendario le hará cambiar de parecer. 
Cada cuento va acompañado de una canción al final del mismo (y algunos más de una durante el texto) que en la traducción que yo leí tienen verso libre y no riman, respetando así el traductor el sentido original. A su vez, las narraciones están literalmente abarrotadas de palabras hindúes, muchas de ellas, según el traductor, incluso inventadas por Kipling, o usadas con un significado diferente al original. Estos vocablos le dan mucha musicalidad y exotismo al texto. 
Todos los cuentos comparten, en cualquier caso, su ubicación en la naturaleza, en las tierras vírgenes a las que hace referencia el título, en grandes espacios abiertos donde el hombre vive de forma precaria y está expuesto a continuos peligros. Se contrapone así a "Kim", que se centraba en el mundo de los hombres y de sus poblaciones. 
¿Más datos de interés?: Existen muchas adaptaciones a la pantalla, grande y pequeña, de diferente calidad y grado de ambición. Yo voy a citar las dos que considero principales:
La primera, del año 1942, dirigida por Zoltan Korda, y protagonizada por Sabú (quien había protagonizado en 1937 Elephant Boy, basada en el comentado Toomai de los elefantes). [Ficha FilmAffinity] Es bastante fiel al texto original, y como es de dominio público, la podéis ver libremente aquí
Y por supuesto, la celebérrima versión de Disney, lanzada en 1967. Con el fin de destinarla al público infantil, se edulcoró en gran medida el texto original, y la intención moralizante de Ruydard Kipling desaparece por completo, dando lugar a un discurso vitalista. Así, Baloo pasa a ser un buenazo despreocupado que enseña a Mowgli las virtudes de no trabajar demasiado, en vez del riguroso maestro que corrige a la manada de lobatos a base de zarpazos. Kaa pasa a ser villana en vez de aliada, y los monos tienen un monarca que baila y canta a ritmo de jazz. Eso sí, las canciones son geniales y el rey Louie tiene muuuuuucho ritmo :)
Existen, como ya dije, muchas otras adaptaciones, la última del 2013, y Disney hasta se atrevió con una segunda parte lanzada directamente a DVD. 

Creo que así llegamos al final de la reseña. Debo decir que me sigo quedando con "Kim", pero este "El libro de la selva", sin ser un libro imprescindible, sí que es una lectura agradecida, tanto por la humanización de los animales, como por las descripciones detalladas y evocadoras, como por las historias que narra, tan bellas y duras a la vez. Yo recomendaría leerse por lo menos algún relato suelto, o la historia de Mowgli, aunque sólo sea para contrastar, como me ocurrió a mí, con la versión más dulce y complaciente de Disney. Y no seáis muy duros con Mr. Kipling, recordad que eran otros tiempos. Nos leemos!

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