Revista Cine

El lobo de Wall Street (2013)

Publicado el 21 enero 2014 por Rugoleor @rugoleor

Póster: El lobo de Wall Street (2013)

Película basada en la biografía del broker neoyorquino Jordan Belfort (Leonardo DiCaprio), que pasó 20 meses en la cárcel tras descubrirse que había sido el responsable de un fraude masivo en los años 90. Belfort fue capaz de burlar los sistemas de seguridad y destapó la corrupción que impregnaba todos los rincones de Wall Street. Ello implicó la culpabilidad implícita de grandes defraudadores, como el diseñador de zapatos Steve Madden.

Calificación: 8,564.

Tráiler de la Película

Ficha:

Título Original: The Wolf of Wall Street.
Director: Martin Scorsese.
Guionista: Terence Winter.
Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Jonah Hill, Matthew McConaughey, Jon Bernthal, Jon Favreau, Kyle Chandler, Ethan Suplee, Spike Jonze, Rob Reiner, Jean Dujardin, Margot Robbie, Joanna Lumley, Cristin Milioti, Christine Ebersole, Shea Whigham, Katarina Cas, P.J. Byrne.
Productores: Martin Scorsese, Leonardo DiCaprio, Riza Aziz, Joey McFarland, Emma Tillinger Koskoff.
Fotografía: Rodrigo Prieto.
Música: Howard Shore.
Montaje: Thelma Schoonmaker.
Diseño de Producción: Bob Shaw.
Diseño de Vestuario: Sandy Powell.
País: Estados Unidos.
Lugares de Rodaje: Nueva York (Estados Unidos).
Fechas de Rodaje: De 25-08-2012 a 12-01-2013.
Año: 2013.
Duración: 179 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 16 años.
Género: Biográfica, Comedia, Crimen, Drama.
Estreno: 17-01-2014.
Distribuidora: Universal Pictures International Spain, S. L.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 0.
Recaudación: 0 €.

Fotograma: El lobo de Wall Street (2013)

Crítica:

21-01-2014 – JOSU EGUREN

La orgía de los mercados

En el furgón de cola de esta feroz elegía hedonista que amontona los hits de una video playlist autodiscursiva acelerada por el montaje de Thelma Schoonmaker, Scorsese exhibe su proverbial maestría para el sampler con el inserto de un plano picado que invoca el poder del “Ciudadano Kane” en un instante en el que la comedia hiperbólica se transfigura en estudio dramático. Lo que a primera vista puede parecer un guiño (para regocijo del espectador cinéfilo abundan las referencias a clásicos como los “Freaks” de Tod Browning) la secuencia culmina con una exaltación cinemática en plano fijo que madura el baile de repulsión atracción entre las tradiciones de Welles y Godard (“Al final de la escapada”).

Una vez más, la portentosa erudición de Scorsese -albacea de un testamento cinematográfico que incluye a maestros del calibre de Byron Haskin y Tay Garnett- recorre los 180 minutos de una película en la que la cámara imita los movimientos del famoso tracking shot del Copacabana para colarse en la planta noble de una agencia de valores donde un carismático tiburón financiero oficia de maestro de ceremonias de una compulsiva orgía de los mercados. Fascinante. Hasta tal punto que su acto de presentación podría leerse en clave de revisión apócrifa de un Gatsby decadente y politoxicómano. En cierta forma, la admiración hacia el personaje interpretado por Leonardo Di Caprio es autoinculpatoria. Scorsese no deja de vitorear con cinismo la voracidad de los mercados, mientras el espectador jalea sus ‘que te jodan América’ soñando con la posibilidad de formar parte de un burdel de especuladores en el que solo unos pocos ganan. El mensaje de “El lobo de Wall Street” no puede ser más obvio -y Matthew McConaughey lo subraya con un ‘one man show’ de minuto y medio que pasará a los anales de la Historia-, pero cuando todo termina es difícil asumir que volveremos a ser los don nadies que engrasan el engranaje capitalista con la sangre de la clase trabajadora.


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