Revista Deportes

El mal endémico del fútbol andaluz

Publicado el 03 febrero 2011 por Jvilla
Partido de cuernos quemados para el Málaga C.F. en el Pizjuán. El Sevilla, al que había que esperar en el apeadero “por si las Copas”, ya prepara el derbi andaluz con la intención de olvidar el mordisco merengue. No habrá “caras pintadas” ni proclamas en portugués. Quizás estén pensando en caldear el ambiente con algún panfletillo en “qatarí” pero como la lengua vernácula no nos da para tanto, se dejará en un análisis de sartén y fritanga, con ese recurrente: “Ahora toca centrarnos en la Liga”.
No toca por ser esta una columna malaguista pero no puedo resistirme a exponer una sensación de pluma virtual que me embarga desde hace años. Me da la impresión de que el fútbol andaluz tiene perdido el resuello por las luchas intestinas. Me sorprende encontrarme a tanto bético y sevillista en los blogs del Málaga “amilanando” con comentarios soeces. “Con Jeque y a Segunda” leí el otro día por estas redes en un post-it firmado por un tal “sevillistahastalamuerte”. A veces da la impresión de que se malgastan fuerzas en mirar de reojo, o abiertamente, al vecino con problemas mientras nos jactamos de nuestra desahogada posición. A tal punto que, para triunfar un equipo andaluz, como lo ha estado haciendo el Sevilla en los últimos años, parece que sea necesario, como primer apeadero de la vía, que el Betis, el Recreativo, el Málaga, el Almería... anden pasando las de Caín.
Me parece de mal gusto, cuando no improcedente, que la rivalidad regional, lejos de puntualizarse en los partidos directos, se lleve al extremo de una Liga o de una Copa. El Sevilla siempre será más grande con un Betis de Primera. Igual que el Málaga siempre lo será con un Sevilla campeón de UEFA y Copa. Así son las cosas. No abogo ni mucho menos por fingir un corporativismo autonómico inexistente pero que el equipo de Del Nido se enzarce en peleas de gallos contra el MouTeam y sus acólitos, mientras por otro lado le desean el mal de Job a los vecinos, se me antoja un poco fuera de cabales.
Hace unos años, donostiarra como soy, la Real Sociedad de Xabi Alonso, Nihat y Denoueix se jugó la Liga en la última jornada contra el último Madrid de Del Bosque. Cosas del destino. Era necesario que el Madrid perdiera en casa contra el Athletic de Bilbao y que la Real ganara en la suya al Atlético. No se dieron las circunstancias. Para mal, por cierto, porque aquella celebración merengue acabó en el esperpento del librillo de Del Bosque y su cambio de cromos con Queiroz. Pero todos en San Sebastián sabíamos que en Bilbao iban con la Real a muerte y que, a pesar de perder, Ronaldo y Zidane mediante, los leones se dejaron los hopos del rabo por intentar vencer en el Bernabeu. Y agradecida quedó la parroquia txuriurdin.
¿Podría decir lo mismo el Málaga, el Betis, el Sevilla, el Almería...?
Quizás sea así, pero desde la distancia de esta onda expansiva, no lo parece. Es como lo de la mujer del César. Quizás sea honrada, pero también es necesario parecerlo.

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