El mal total vs ejecución sumarísima

Cuando una señora o señorita de verborrea fácil y reivindicativa se aproxima al micrófono del periodista que la interpela para preguntarle algo sobre los homenajes a los terroristas de ETA, y ella con gran decisión apostilla de manera verbal y visceral.. "se están vulnerando los derechos de los presos de manera encubierta para proseguir con su larga condena perpetua". Y ésto que se oye es simplicidad absoluta y desconocimiento que nos deja perplejos, que no se puede recurrir por sea necia y estúpida a ninguna comprensión que se mantenga, al recordar que lo escuchado se dice de unas personas que con voluntad propia y segura se llevaron al otro mundo a una serie de personas en ataques indiscriminados terroristas contra todo tipo de ciudadanos, entre ellos no tantos políticos, sino muchos inocentes mujeres y niños, produciéndonos a más de un boquiabierto testigo que se nos cierre la boca de cuajo, como si nos hubiesen partido los labios.

Vivimos el agotamiento de la ansiedad que se transmuta en un deseo irrefrenable de pasar de largo cualquier contrariedad que nos afecte, es decir.. de todo, dejando que el mundo siga girando a su voluntad para preocuparnos en algún momento por si se para de verdad, pues hasta los sueños dejarán de ser verdaderas sombras en tránsito en nuestros intelectos.

Unos reivindican derechos que no existirán si hubiese pena de muerte, contra quienes probados sobradamente los hechos admitiesen finalmente que son ellos los autores de tantas muertes gratuitas, incluidos los intelectuales, que han provocado dolor y desesperación en muchas familias españolas, vascas, catalanas, andalucistas, mañas, canarias o lo que quieran las señorías que en hemiciclo de los diputados se puedan sentir aludidas por omisión de cita, mientras que los familiares de las victimas se contraen y muerden las uñas que podrían producir la incurable sensación de integrarse a la larga lista de la que se aprovechan unos y otros como moneda de cambio para lograr sus intereses espúreos, y ser negociados para que no vuelvan los disparates tormentosos, que sembraron el horror en una sociedad convulsionada por los espantos de todos los días muertos sin ser vengados con un últimatum inapelable, ni tan siquiera por el incordio de esos que se hacen llamar defensores de los derechos humanos.

Conclusión: se ha prefabricado un mundo de cobardes y colores de falsa transparencia por ser más opacos sus pecados, unos por transigir y no hacer nada y otros con licencia de corso para abrir "zulos" y volver a cargar las metralletas mientras a la postre siguen amenazando a un falso director de orquesta llamado Pedro Sánchez y sus coros de nimfas que poco pintan en las profundidades de los problemas, mientras otros para sentirse eunucos y renacuajos del sistema de todo lo que la historia cuenta y poco se ha llevado a la pequeña o gran pantalla, para discernir entre los buenos y los malos de un documental que nunca fue ni seá una ficción, más bien un serial de miedo´, abundantes torpezas y lentitud en la reacción, además de la infelicidad e imbecilidad demostrada, unicamente por no saber diferenciar entre los que arrepentidos dicen que lo están, y los que se manifiestan en un parque o en una plaza con nombres y apellidos que nos recuerdan que somos víctimas de nuestros fracasos y del aprovechamiento político de los demás, por no saber convencer que a quien a hierro mata a hierro muere, y eso hace haría que existan menos caciques del terror que puedan transmitir un mensaje que no pueda detener una letal repercusión, si se ejerce el mal total sin recompensa alguna a la que aspirar: la muerte de otro ser por la propia aplazada por ejecutar algún dia... nunca debió ser recabada.