El Mar Negro baña Seseña

Según la wikipedia, el Mar Negro es un mar interior que separa Europa de Asia, con un angosto estrecho, el Bósforo, que lo separa del Mar Mediterráneo. Los países que bordea son Turquía, Bulgaria, Rumanía, Ucrania, Rusia y Georgia, y las principales ciudades bañadas por el Mar Negro son Estambul, Varna, Constanza, Odessa, Sebastopol, Yalta, Sochi, Batumi y Trebisonda.

Castillo del Nido de la Golondrina, en Yalta, Crimea

Pero ¿Y Seseña? No es que Seseña sea una ciudad de Rumanía, Turquía o Georgia, esa 'ñ' la delata. Seseña está en Toledo, a mitad de camino entre la Ciudad Imperial y Madrid, y el Mar negro del que hablo no es ningún mar interior, deudor del Mediterráneo, ni de ningún otro. Es esto:

Los edificios que se ven al fondo son el desarrollo urbanístico de 'El Quiñón', su nombre real es 'Residencial Francisco Hernando', también son conocidas como 'las casas de 'El Pocero''. Esas viviendas son uno de los emblemas de la infausta Burbuja Inmobiliaria que creció en España, desde funales de los años 90 hasta 2007, esos años en los que 'nos creímos ricos', en los que las grúas eran como una especie autóctona del paisaje español, y en los que en España se iniciaba la construcción de más viviendas que en Alemania, Reino Unido, Francia e Italia juntas... Una de esas muestras de que la estupidez y la irracionalidad humana no conocen límites, y que ya sabemos cómo terminó.

The Wall Street Journal dijo que la española fue
'la peor burbuja inmobiliaria del mundo'

Pero a lo que íbamos, el 'mar negro de Seseña' es una inmensa acumulación de nada menos que 5 millones de neumáticos usados, que ocupan una extensión de 117.000 metros cuadrados, a caballo entre las Comunidades de Castilla La Mancha (95.000 m2) y Madrid (unos 22.000), a escasos 500 metros de El Quiñon, al otro lado de la autopista radial R-4 (otro de los símbolos de esa 'España de la Burbuja'). En Google maps el 'cementerio de neumáticos' de Seseña se ve así:

Es el cementerio de neumáticos más grande de Europa y uno de los mayores del mundo, como decía, casi 12 hectáreas, 9 de ellas en Seseña (Toledo) y el resto en Valdemoro (Madrid), en las que se acumulan esos más de 5 millones de neumáticos viejos, nada menos que 90.000 toneladas. Aquí os dejo otra imagen del lugar, en la que, por comparación con el muchacho en primer plano, se puede imaginar el tamaño que alcanza la acumulación de neumáticos:

Parece que todo comenzó a finales de siglo, en pleno 'boom' de todo, de pisos, de dinero barato, de gasto desmesurado... Disflit S.A., La empresa beneficiaria de la concesión dada por el Gobierno de Castilla - La Mancha, retiraba los neumáticos a una velocidad mucho menor de la de entrada de nuevos resíduos, y en 2003 la actividad fue declarada ilegal. En esta otra imagen se puede calcular la altura que puede alcanzar la 'montaña' de neumáticos viejos que se acumula en el vertedero de Seseña, en algunos lugares alcanza los 3 metros:

Pero aquello siguió creciendo. Las distintas admuinistraciones locales y autonómicas que han intentado acabar con el problema, se han visto impotentes ante el tamaño de la 'montaña'. La mancha negra acabó 'invadiendo' el terriotorio de la Comunidad de Madrid. En 2009 incluso, el propietario de la concesionaria fue condenado por delito medioambiental, pero dio igual, durante 8 años más, hasta 2011, el vertedero siguió acumulando neumáticos. Desde 2011, otra empresa se ha encargado de retirar apenas 10.000 tomneladas, pero no dan a basto y el problema ahí sigue. La empresa semi-pública Tragsa podría finalmente ser la encargada de la retirada, pero en este país ya se sabe cómo funcionan según qué cosas...Otra imagen más, en este caso un primer plano, resulta impresionante de ese indescriptible lugar:

Este es el artículo más reciente y más preciso de los que he encontrado al tratar este tema. Resume muy bien lo que ocurre, las posibles soluciones, y los problemas que presentan la retirada. Sólo espero que pronto se solucione, porque eso ahí lo único que puede traer son problemas. No es tontería,un incendio provocaría la evacuación de todos los habitantes de El Quiñon y Seseña Nuevo, aparte de complicar incluso el tráfico aéreo. Y en épocas de lluvias, el agua acumulada en los neumáticos hace que proliferen los mosquitos.