Revista Opinión

El mejor aliado de la tiranía

Publicado el 26 mayo 2016 por Vigilis @vigilis
Tras la prohibición de actividades del SPD sus altos cargos se fueron al exilio. Primero Praga, después París y finalmente durante la guerra a Londres. Londres pasaba por ser la capital de todos los gobiernos europeos invadidos y el principal refugio político de los opositores europeos al nazismo.

El mejor aliado de la tiranía

"Enemigos de la democracia", propaganda del SPD contra comunistas, nazis y Stahlhelm (los "cascos de acero", organizaciones paramilitares. El equivalente a los "colectivos" venezolanos).

Sin embargo, en la propia Alemania, miembros del SPD se quedaron y continuaron cierta actividad política en la clandestinidad. Y me parece curioso el efecto que esto tuvo en el partido: la alta jerarquía se fue al exilio y los activistas que quedaron fueron miembros sin responsabilidad previa de importancia. A su vez, el grupo en el exilio y el grupo clandestino se vieron separados no sólo por la distancia sino por la edad. Los que se quedaron en Alemania tratando de mantener con vida al partido eran jóvenes y cada vez que una célula era desbaratada por la Gestapo, esos cuadros tenían que ser sustituidos por gente cada vez más joven. En Londres, los jerarcas socialdemócratas alemanes contaban con décadas de experiencia política, en no pocos casos con contactos con otros partidos y gobiernos socialdemócratas e incluso con apoyo financiero de partidos y sindicatos de otros países. Pero no estaban en Alemania.
Tras la prohibición de actividades del SPD, sus dirigentes en lugar de hacer propaganda política se dedican a recabar los llamados "informes SOPADE" (de "Partido Socialdemócrata Alemán en el Exilio"). En estos tratan de tomar el pulso a la sociedad alemana calibrando el grado de descontento antinazi y los posibles apoyos para hacer caer al gobierno. Uno de estos informes, de febrero de 1938, recogido en "Inside Nazi Germany: Conformity, Opposition and Racism in Everyday Life" (Peukert, 1987) nos cuenta lo siguiente:
En la medida en que la actitud de toda una nación nunca se puede reducir a una fórmula, podemos afirmar aproximadamente los tres puntos siguientes:
1.- Hitler cuenta con el apoyo de la mayoría de la nación en dos cuestiones fundamentales: ha creado trabajo y ha hecho fuerte a Alemania.
2.- Existe un amplio descontento con las circunstancias actuales pero sólo afecta a las preocupaciones del día a día y no ha llevado a una hostilidad fundamental contra el régimen hasta el punto de concernir a la mayoría.
3.- Son generalizadas las dudas sobre la continuidad del régimen pero también lo es la sensación de impotencia en cuanto a lo que podría reemplazarlo.
[A continuación el informe señala que la incertidumbre sobre el futuro a la que alude el tercer punto no entra en contradicción con la indiferencia política que notan en aumento y que puede estar provocada por la amenaza de una guerra o por la carestía diaria].

Para 1938 gran parte de la oposición —principamente socialdemócrata, católica y comunista— descontaba la inevitabilidad de un conflicto armado ya que las vías pacíficas de oposición habían sido cortadas abruptamente por los nazis cuando toman el control total del estado en 1933. Quizás lo más interesante de estos años no sea tanto la resistencia alemana a los nazis como el triunfo de la antipolítica cuya consecuencia fue la desmovilizacion política y por tanto la incapacidad de existir una alternativa. Gran parte de la actividad nazi del primer año tras su asalto al poder se concentró en acabar con la prensa y encerrar a los principales opositores. La sociedad alemana se quedó sin acceso a mensajes de oposición y la prensa se redujo a meras consignas a favor del gobierno.

El mejor aliado de la tiranía

NS Frauen Warte, revista femenina durante la Alemania nazi.

Tal como decía SOPADE la desafección hacia el gobierno era habitual pero esta desafección no podía cristalizar en ninguna respuesta organizada. Esto se ve reflejado en el informe SOPADE de enero de 1936 recogido en "Deutsche Geschichte 1933-1945" (Michalka, 1993):
El Tercer Reich logró obtener visiones favorables de observadores extranjeros que reconocen y lamentan su lado oscuro pero que lo disculpan en una etapa de transición (...) Las proclamas de los líderes del régimen como la revolución menos sangrienta de todos los tiempos han tenido su impacto y muchos tienden a considerar los ampliamente conocidos actos de terror como "cuentos de horror inventados" (...). El terror no es sólo la base del programa racial del partido nazi sino la esencia fundamental del régimen del Tercer Reich. Junto a los medios "modernos" de propaganda de masas, el terror es la medida decisiva para obtener el control sin escrúpulos y total sobre el pueblo. Sin él el Tercer Reich no habría durado tanto y su existencia sería inconcebible. Esto se suele pasar por alto en el extranjero. Allá no saben que además del terror contra los judíos impera un terror general contra todo el pueblo alemán y que es usado con vehemencia contra todos aquellos que a pesar del asesinato, tortura y prisión osan actuar secretamente de acuerdo a sus convicciones.
El terror en su plenitud, en su dureza inhumana, no sólo se oculta al exterior. Existen círculos en Alemania en los que no son conscientes de él. No es raro que un ciudadano sin interés en la política, ni de lejos entusiasta del régimen, que evita cualquier bandera nazi que tenga que saludar, pregunte con un matiz de reproche: "¿Pero de verdad usted conoce personalmente a alguien que todavía esté en un campo de concentración?" (refiriéndose a los días de la toma del poder en 1933).
Y cuando salen los nombres de algunos miembros del Reichstag como el Dr. Schumacher, el Dr. Mierendorff, Heilmann y se menciona el trágico fin de Husemann a quien dispararon la primavera de 1935 “mientras trataba de huir”, estas personas se sorprenden por tales revelaciones.

En esta época el partido nazi también era consciente del desafecto de la población (recordemos que antes de la toma de poder su mayor apoyo electoral fue del 37% en las elecciones de julio de 1932, de hecho, en noviembre de ese año perdieron dos millones de votos, cuatro puntos. Las siguientes y últimas elecciones fueron una pantomima. Siempre recuerdo que el mayor apoyo que obtienen los nazis en Alemania es después de la guerra). En un informe de la policía estatal de Hanover remitido a Heydrich el 18 de agosto de 1935 ("Inside Hitler's Germany", Sax & Kuntz, 1992), se hace constar la desafección de la población pero no por las políticas del gobierno sino por la mala conducta de los cuadros inferiores del partido. Esta mala conducta —se lamenta el policía nazi que escribe el informe— no es reprimida por los oficiales superiores y por tanto el público pasa a pensar que el estado no tiene poder, lo que socava la autoridad del estado. Después pasa a hablar de la impresión generalizada de que no existía libertad de prensa y que esta queja incluso era oída dentro del partido. Pero no penséis en nazis a favor de la libertad de prensa, nada más lejos de la realidad: la prensa se fijaba demasiado en la propaganda y no informaba de castigos a los propios miembros del partido, lo que en última instancia también socavaba la autoridad del estado.

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"Vota Centro. Último bastión de la libertad y el orden", propaganda de los demócrata-cristianos.

Hay un párrafo que no me resisto a compartir, en él el policía nazi llama reaccionarios a los católicos y expresa dudas sobre el servicio militar obligatorio:
Es obvio que la actitud del público está siendo influenciada por el aumento de la actividad reaccionaria, mucha de la cual emana de los círculos que incluyen el catolicismo político, la iglesia confesional, y de los ciudadanos que se niegan a ser reeducados y que continúan enmascarándose. De vez en cuando incluso se expresan sentimientos monárquicos. La reintroducción del servicio militar obligatorio está dando lugar a la esperanza de un "Cuarto Reich" en el que las fuerzas armadas ejercerán autoridad para excluir al Partido.

Cosa totalmente distinta es la actitud del público respecto a la política exterior. Las buenas relaciones con Polonia y el acuerdo naval con Inglaterra incrementan el optimismo de la población para salir del aislamiento internacional y son vistos como logros funcionales del régimen, dice el informe.
Es importante destacar esto último, ya que el terror bajo el que vive la gente en Alemania parece estar a años luz de la forma con que tratan las potencias extranjeras a la Alemania nazi. Toda la inquietud que se vive dentro del país (de la que, por supuesto, en el Partido son conscientes) queda en agua de borrajas. En cierta manera se podría afirmar que el nazismo obtuvo más oxígeno de la política de apaciguamiento que de los propios alemanes.
La base de esta política de apaciguamiento es el respeto escrupuloso a la soberanía de los estados para arreglar sus asuntos internos. Las posiciones anti-intervencionistas y pacifistas (recuerden "America First" de Charles Lindbergh) son patas sobre las que se sostiene la tiranía. Y como hemos visto en Alemania otra pata es la antipolítica y el carecer de debate público en medios de prensa que ofrezca opciones a la gente.
Conocer la historia como el compendio de sucesos a los que se enfrentaron en el pasado personas como nosotros sirve para tomar partido en situaciones actuales.

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