Revista Cultura y Ocio

El “Mistral”

Por Alejandropumarino

El “Mistral”

La fotografía fue facilitada por el Ministerio de Defensa, y está disparada un día de sol, en una costa con un azul tan característico en el que se adivina el Mediterráneo y que contrasta con los colores de la bandera nacional. Así vista, la máquina de matar parece otra cosa, casi integrada en el paisaje, como si fuese un buque de crucero. El sumergible español no es nuclear, o sea, es menos eficaz que otras naves de países con mayor presupuesto militar, pero no deja de ser un barco de guerra que aportamos a la zona libia por eso de la necesaria tranquilidad. Tal vez, en las labores de vigilancia, se produzca algún altercado que obligue a disparar a los soldados españoles, para lo que están sobradamente preparados, y repeler las agresiones forma parte de su cometido, aunque estos extremos no fueron detallados por la ministra, por una gabinete que parece enviar a nuestros soldados de vacaciones en vez de a conflictos armados.

Recuerdo cuando se imputó a “delincuentes comunes” el asalto a un blindado español o cuando se silenció en breve plazo de tiempo, la tragedia producida por una mina cuando estos vehículos carecían de inhibidor de frecuencia, se conoce que los cacos habituales afganos están altamente profesionalizados y disponen de este tipo de utensilios.

La guerra para el PSOE es rosa, como la prensa del corazón, y en el ejercicio de la hipocresía propia de la formación, se sigue criticando la intervención española en Irak bajo el gobierno de Aznar, cuando nuestros soldados ni dispararon un solo tiro ni tuvieron una sola baja. Las cajas de zinc en las que regresan nuestros compatriotas de misiones internacionales, entienden poco de la legalidad o ilegalidad de una guerra, lo que personalmente me resulta paradójico: La violencia nunca debería ser legal. Zapatero retiró rápidamente las tropas de Irak en un golpe de efecto postelectoral, y una semana más tarde, la intervención armada fue aprobada por la ONU, con lo que internacionalmente llevamos el paso cambiado desde entonces y ni Bush ni Obama visitaron en estos siete años a un Zapatero al que le cuesta levantarse ante la enseña americana. Después se unirá a la inefable Pilar Bardem o su hijo, renegando media vida del imperialismo americano para gastarse un fortuna en un hospital judía de Los Angeles, donde la internacional Pe alumbró a su primogénito. Mientras tanto, los marineros del Mistral disfrutan de vacaciones pagadas frente a las costas de Libia.


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