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El modelo (Te robo una frase V)

Publicado el 17 noviembre 2014 por Contagiandolocuras
¡Hola lectores!
La verdad es que no solo me encanta escribir, también soy un gran lector no solo de libros y revistas, sino también de blogs, tengo una lista personal de lectura y constantemente estoy en busca de más. El otro día me encontré con uno en el que se mencionaba un juego mensual, la publicación me llamó la atención y luego de leerla en detalle me encantó la idea, consiste en crear una historia durante la cual se haga uso de una frase, al enterarme del evento no me la pensé dos veces para participar y en este día les presento la historia que he creado y que espero les guste.
Frase a usar: No se tome la vida demasiado en serio; nunca saldrá usted vivo de ella
Relato:Volvió a ver su reloj, ya faltaban solamente cinco minutos para las diez de la noche, esperaba la cita de un momento para otro, hacía un frío enorme y para su mala suerte no había llevado ningún abrigo, lo olvidó a último momento, pero no se le puede culpar por ello, en sus circunstancias cualquiera hubiera hecho lo mismo. Había recibido aquella extraña nota esa mañana al volver de uno de sus recorridos por la ciudad, en ella le habían dejado muy en claro de que lo conocían y lo tenían observado, por tanto, la única opción que tenía era ir a ese lugar a la hora acordada, tenía un mal presentimiento al respecto pero no había nada más por hacer.
Cerró los ojos y respiró profundo, pensó en su lugar de origen, ahí no habían esos fríos, era un lugar cálido y tranquilo, la brisa soplaba y la vista está espectacular, tenía una vida feliz y sin preocupaciones. Pero luego, por unas de esos giros de la vida, fue sacado del lugar y antes de que se diera cuenta estaba en un lugar lejano y frío.
En solo una semana pasó por muchos cambios y ya nunca más volvió a ser el mismo, pero seguía recordando su origen y eso es algo que hacía cada día. Sin embargo, no todo era malo, vivía en un lugar amplio y protegido de la nieve, empezó a dedicarse al modelaje y no le iba nada mal, era divertido tener siempre ropa a la moda así como accesorios, cierto es que hasta entonces no le había hecho falta nada de eso para ser feliz, pero nunca venía mal poder contar con cosas así.
Los años pasaron y continuaba modelando cada día, pero le empezaba a resultar aburrido, se empezó a preguntar que había más allá, sentía curiosidad y constantemente sentía deseos de llegar a aspirar a algo mejor; al final una noche se decidió y salió a buscar una nueva vida, se llevó una maleta de ropa y con mucha esperanza tomó camino sin llevar ningún rumbo fijo en mente.
Solo una semana desde que se había ido y ya estaba arrepentido, la vida era más difícil allá fuera, de nada servía ahora la fama de modelo que había adquirido,  no había manera de conseguir alojamiento en ningún lado y al final se conformó con vivir en una pequeña casa abandonada y en ruinas a las afueras de la ciudad.
Ahí fuera todo era distinto, ni siquiera podía contar con ese sentimiento de seguridad que al menos tenía en su anterior lugar, trataba de darse ánimos diciendo que todo mejoraría pero en el fondo se sentía muy pesimista al respecto.
Hubiera seguido pensando y recordando de no haber sido por el hecho de que en ese instante una mano se posó sobre su hombro, un escalofrío le recorrió la espalda mientras escuchaba una voz lenta y sin emociones.
—Por favor no se mueva —dijo una voz en un extraño acento—. Sería una pena tener que tomar medidas drásticas si llega a observar mi rostro.
—No pienso moverme —dijo él en tono resignado—. ¿Ha llegado mi fin?
—No sea pesimista, no es necesario llegar a tanto, claro, siempre y cuando logremos llegar a un acuerdo.
—¿Quien es usted?
—Es irrelevante, así que confórmese con saber que trabajo en una agencia que se encarga de que todo se mantenga en orden... por así decirlo. Y usted está en la mira de esta agencia desde hace una semana, decidimos tomarnos un tiempo para ver que hacer al respecto, por un lado no es considerado una prioridad, pero tampoco podíamos dejarlo andar a sus anchas.
—Pero yo solo quería disfrutar de la vida, ya sabe, veía cada día a personas que aparentaban disfrutar mucho más que yo, que podían ir y venir cuando quisieran, yo deseaba lo mismo, ¿acaso fue un error lo que hice?
—No creo que se encuentre en posición de compararse con ellos.
—Pero también deseaba esa vida, creía merecerla tanto como ellos.
No se tome la vida demasiado en serio; nunca saldrá usted vivo de ella.
Él cerró los ojos y volvió a pensar en su lugar de origen, pudo ver claramente esa maravillosa vista y sintió una enorme paz mental, de repente ya no importaba nada, fuera cual fuera su destino, lo aceptaba con calma.
—Si vuelve a donde corresponde —continuó hablando el agente—, entonces nos olvidaremos de esto.
Él no dijo nada, ya no hacía falta, solo asintió despacio mientas se ponía en marcha de nuevo a donde debía estar, pasó por su maleta y ya era de madrugada cuando regresó de donde había salido, una sensación de nostalgia se apoderó de él y descubrió lo mucho que se había acostumbrado a ese lugar, era casi como volver al hogar.
No quería hacer ruidos ni espantar a nadie al entrar a esas horas, pensó en entrar por la puerta trasera pero no resultó, estaba con llave, y es que entrar no era tan fácil como lo fue salir, pero no había problema, sabía que lo verían por la mañana cuando empezaran a llegar los trabajadores del lugar, apoyó su mano sobre la pared mientras sonreía, en solo unas pocas horas volvería a su trabajo y a la seguridad de su hogar.
Al día siguiente hay mucho de qué hablar en la tienda, todos los trabajadores conversan en voz baja mientras comentan la última noticia, un hecho insólito que ocurrió. luego de una semana de desaparecido, el maniquí de madera que había sido supuestamente robado había aparecido en el callejón de la puerta trasera, incluso a su lado estaba la maleta con las ropas que también habían sido robadas, hablaban de un ladrón arrepentido o de alguien que lo encontró en algún lugar y que decidió devolverlo, lo que en realidad ocurrió fue algo que nunca se supo.
Fin
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