Revista Comunicación

El mundo cambia, por sí mismo, mucho más deprisa que nuestro deseo de cambiarlo.

Publicado el 29 abril 2013 por Albert Perez Novell
Aclarando dudas:
La idea de posdemocracia que intento explicar, no  debe confundirse con el   emergente discurso de «superación de la democracia», el lugar común mil veces repetido de «ni de derechas, ni de izquierdas» que nos recuerda, a los que aún quedamos con memoria del discurso de la Historia del siglo XX, a los primeros momentos de los fascismos contemporáneos.

Lo que pretendo describir mediante algunos indicadores, es una tendencia en la que vamos inscribiéndonos, sin apenas darnos cuenta  y que cambia  los modelos comunicativos, sociales, económicos  políticos ...,a los que estábamos acostumbrados y afecta, en general, a nuestra manera de relacionarnos con el mundo.

La red como paradigma que engloba todos los estamentos y  manifestaciones sociales, marca punto de inflexión en los modelos de producción/ representación, mediática, política, económica y social. 
Isomorfismos que se rompen y otros que nacen:
Vimos en el anterior post, como hoy existe una tendencia a substituir en todo tipo de organización, empresas, partidos, etc los modelos organizativos calcados del ejercito y la Iglesia, verticales  y jerárquicos, por otros más horizontales. Ruptura de modelo,  necesaria para la supervivencia de estas organizaciones.

Como dice De Ugarte: "El mundo tiende a organizarse cada vez más a la manera de una comunidad de software libre" ..


Uno de los isomorfismos quequiero destacar, es, la estrecha vinculación que ha existido, entre las estructuras y los fundamentos de instituciones propios de la democracia y la sociedad de masas, concretamente con el modelo mediático vigente en el siglo XX.
En el llamado modelo "Mass Media" , las mayorías comulgan con los discursos producidos por una red (descentralizada y jerárquica) con un número limitado de nodos emisores, los "Mass Media". 

Los partidos políticos, las iglesias, las editoras de libros, de música, los Portales de Internet, etc , también se inscriben en esta estructura..(las centralizadas son mas propias de la dictaduras) 

No sólo las estructuras se están descentralizando, los usos también.  En este sentido, ver el Telediario viene a ser, como ir a Misa. (El rebaño del Señor, la comunión de los santos, como dice Margarita Riviere en su extraordinario libro "La Fama. Iconos de la religión mediática") todos comulgamos con los mismos discursos, no importan las tendencias políticas de cada nodo, son como las religiosas , todas estructuralmente iguales.

Votar también es un acto de comunión de masas, como seguir a la "Virgen de Lourdes, la del Rocio o la Belen Esteban de turno.

La red distribuida:

La clave para poder explicar la gran mayoría de los nuevos fenómenos sociales y políticos a los que nos enfrentamos consiste en entender la diferencia entre un mundo en que la información se distribuye en una red descentralizada (modelo mass-media, democracia de masas) y otro, emergente, en el que lo hace en una red distribuida y esto afecta directamente a la capacidad y la forma de transmitir los mensajes. 


del one to all, al  all to all y al one to one
El mundo  cambia, por sí mismo, mucho más deprisa que nuestro deseo de cambiarlo.


La capacidad para transmitir, tiene como segunda derivada, la capacidad para unir voluntades, para convocar, para actuar. La capacidad para transmitir es una condición previa a la acción política. 

En toda estructura descentralizada está concentrada, como he dicho, en unos pocos nodos muy caros de mantener activos, muy eficaces para unificar criterios y discursos, y por otro lado más controlables y apetecibles por los estamentos del poder.


En las redes distribuidas, por definición, nadie depende de nadie en exclusiva para poder llegar a otro con su mensaje. No hay filtros únicos. En este tipo de red "todo conecta con todo y cada uno con cada otro". 

Pero en las distribuidas, además, la diferencia está en que los costes de existencia y mantenimiento son muy bajos y que un emisor cualquiera no debe pasar necesariamente y siempre por los mismos para poder llegar a otros. Son mas baratas,  menos controlables, pero también menos poderosas.

Más participación, menor implicación:

Algunos defienden que la capacidad de participar y de intentar influir mediante plataformas a través de las redes,  va en relación inversamente proporcional a la capacidad de implicarse. Participo cómodamente desde mi iphone, con mis twits, pero no necesariamente me implico en el mundo físico, en la calle. Yo no estoy del todo de acuerdo, porque en el modelo de masas la responsabilidad personal en la implicación queda muy diluida en consignas y colectivas al las que adherirse y no requieren mucha reflexión, ergo implicación.

En el nuevo modelo, si lo hago, si salgo a la calle y me movilizo junto a otros, es una decisión más individual y responsable. 

El problema surge cuando,  al no disponer de mecanismos de articulación de los movimientos así gestados, objetivos comunes, estrategias, etc.. acaban diluyéndose y siendo interpretados por terceros.

Terceros  que,  por pertenecer al modelo de redes más centralizadas (poderosas) y porque son expertos, pueden fácilmente construir discurso y los movimientos acaban siendo pensados y definidos por otros ajenos al mismo.     ( son los medios tradicionales y sus opinadores de turno, los que en última instancia, construyen el sentido social).

Como he dicho en anteriores post, todo se ha vuelto es más soft, menos duro, más fluido menos comprometido, más efímero, menos religioso,más individual....

No sabría decir, con rotundidad, si estas tendencias en el modelo son total o parcialmente incompatibles con el modelo democrático, tal como lo hemos entendido hasta ahora. Todo parece apuntar a que nos deslizamos sin apenas percibirlo hacia la posdemocrácia individualista, y esperemos que responsable. 


Un ejemplo: El «Movimiento del 15M» en España representa un verdadero arquetipo y un aviso de formulaciones posdemocráticas, desarrolladas desde la indignación y la desesperación creada por una crisis neoliberal, injusta y sin precedentes.Un debate que social se genera espontáneamente, con discusión pero sin  objetivos previos pre-diseñados por un comité central una permanente, o cualquier tipo de mecanismo propio de modelos anteriores. Debate que exige un aplauso general sólo por el hecho de «moverse», que se contenta en «acampar»no como fruto de una deliberación social previa, sino comoexpresión de una «indignación».No se necesitan más argumentos en la era soft, sino un gran «no me gusta» queno sabe cómo ir más allá porque es incapaz de construir  sus mecanismos de representación. 

No hay dilación, se substituye la demora que implica el deseo de cambio, por el goce inmediato de la indignación.  Cuando el modelo social y de representación, como dice Ignacio Muro"pierde credibilidad, entonces ese relato es capaz de canalizar energías y descontentos diversos hacia movimientos en el que lo espontáneo y directo confronta y desplaza a lo organizado e indirecto, lo inmediato a lo demorado,............................"

Ejemplifica lo que Pierre Rosanvallon, de laÉcole des hautes études en sciences sociales,ha denominado como "era de la política negativa",en la que quienes rechazan no lo hacen a la manera de los antiguos rebeldes o disidentes, ya que su actitud no diseña ningún horizonte deseable, ningún programa de acción. Quizás, parafraseando a Vazquez Montalban, contra Franco se indignaba uno mejor, ¡ estoy desfasado!, ¿no se?. Siguiendo con mi linea, desfasada o no, considero que esta inconcreción, propicia que aparezcan fenómenos como en Italia Beppe Grillo o en Catalunya a la entronación política de una Monja contemplativa. (con independencia de la credibilidad y solidez de cada personaje, la Monja, Teresa Forcades, a mi, no me cae mal)

El mundo  cambia, por sí mismo, mucho más deprisa que nuestro deseo de cambiarlo.

Este es uno de los peligros posdemocráticos, la confusión y la eclosión del mundo de Alícia donde los conejos hablan y los personajes difusos adquieren visos de representatividad.

Pensemos que el fascismo (como el demonio)  se presenta travestido de cualquier personaje y que es una fórmula inmanente  al sistema democrático. No digo que  Sor. Forcades sea una fascista travestida de monja, digo que podría serlo, si atendemos a que los mecanismos que la han llevado al camino de la representación son muy parecidos a los que permitieron la eclosión fascista durante el siglo pasado.  

Por algo,  Jung, entre otros, explican que los personajes, de Alicia, son representaciones de miles de patologías y enfermedades mentales existentes en el ser humano. Es fácil vislumbrar que el modo que presenta Carroll  el mundo de Alicia, enlaza, en cierta manera con lo  que hemos convenido en llamar, el inconsciente humano y ya se sabe que en este región habitan todos los fantasmas y miserias del sujeto.¿Las manifestaciones de la posdemocracia pueden despertar estos fantasmas del inconsciente colectivo (o otra vez Jung) ?
Albert Pérez Novell

Volver a la Portada de Logo Paperblog