Revista Opinión

El mundo en que vivimos

Publicado el 20 octubre 2014 por Javier Marcos Angulo @clamorsegovia

El mundo en que vivimos

No hace falta poner pie de foto

Da igual que me refiera en mis 'clamores' a lo que esté sucediendo en mi país. Ahora estamos globalizados por esta gran mamandurria que diría nuestra inefable Esperanza Aguirre.
Tan globalizados estamos que cuando conectamos la TV y ponemos un canal al azar, casi siempre nos cae  alguna noticia con hechura salvaje del género o especie a la que pertenecemos.
Están lejos aquellos días que veíamos escenas increíbles como los atentados del 11-S  de la Torres Gemelas de EEUU, que impactó en todas nuestras alma ¿almas? o quizás  más bien en nuestros miedos, que es lo que produce el hacernos la vida insuperable en muchos casos, vamos un asco.
Hace poco tiempo hablando con alguien (que no viene al caso decir su nombre), estuvimos de acuerdo en que determinadas personas se empeñan en robarnos nuestros tiempos felices, aunque sean puntualmente.
Cuando nos creímos que la fuerzas de seguridad de un Estado democrático, estaban al servicio de los ciudadanos (globalmente hablando), vemos en un vídeo terrible sobre un ciudadano del mundo que por fin había saltado la dichosa valla, para seguir el sueño de pasar a mejor vida.
Y así ha sido la salvaje paliza propiciada a este joven camerunés, (insisto, ciudadano del mundo)  que le han dejado su cuerpo paralizado y sin que le funcione un riñón.
Resulta que esa misma globalización nos muestra a un presidente llamado Mariano Rajoy, contestando a otro ciudadano (periodista) en una comparecencia en Roma (seguimos con la globalización) y le dice que eso que le pregunta, lo deja en las manos ¿manos? de los jueces. Se refería el periodista a qué iba a ser del militante del Partido Popular Rodrigo Rato, por el uso de una tarjeta opaca, negra o como la queramos llamar.
Mariano Rajoy, cuando tiene un problema interno en su partido, lo hace invisible, no nombra nunca  ni su nombre ni su apellido. Lo hizo con Bárcenas, lo hizo con Camps, lo hizo con Jaume Matas. y con alguno más que ahora no recuerdo. Los hace invisibles.
Queda claro, bastante claro, lo que es la globalización en el mundo en que vivimos.

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