Revista Cultura y Ocio

El murmullo de las abejas

Publicado el 26 abril 2017 por Aleon @Aleonpizarro
de Sofía Segovia.
EL MURMULLO DE LAS ABEJAS
Título: El murmullo de las abejasAutora: Sofía Segovia.Editorial: Lumen, 2015Páginas: 528.
Sinopsis.
Una mañana cualquiera un hombre de avanzada edad toma un taxi en la ciudad de Monterrey rumbo a Linares, su ciudad natal. El viaje solo llevará unas horas, pero el viejo habla y no para, como si delante de él se desplegara todo su pasado. Así, el taxista y los lectores vamos a conocer la historia de una familia mexicana de terratenientes, los Morales Cortés, desde el principio del siglo XX hasta hoy.
De repente, en el fluir de las palabras, asoma el rostro amigo de un niño sabio que no puede hablar, pero oye lo que otros no saben o no quieren oír, y anda rodeado de abejas. Ellas son sus aliadas y las que sabrán guardar los secretos del caserón de Linares, un lugar donde viven mujeres hermosas y tercas y las naranjas tienen un sabor especial. Incluso la muerte es distinta en Linares, y el hombre lo sabe. Por eso viaja, habla, recuerda...
El murmullo de las abejas nos lleva a un mundo donde casi todo es posible si aceptamos que el cuerpo tiene más de cinco sentidos. Sofía Segovia nos invita a aguzar la vista, a estar atentos, para oler el aire, ver más allá de lo aparente y llegar a comprender lo que de verdad importa.
Emocionante, conmovedora e impredecible.Una vuelta de tuerca al realismo mágico, que nos adentraen el fascinante mundo de lo improbable pero no imposible.
Impresión personal.
Hay novelas que te gustan; unas más que otras; otras, simplemente, te enamoran y permanecen entre ese elenco no muy numeroso de libros de los que es difícil deshacerse. Algo así me ha pasado con esta novela, como a su narrador, Francisco chico, Simonopio y sus abejas permanecerán en mi memoria por mucho tiempo. Y es que El murmullo de las abejas me ha parecido una novela preciosa y preciosista, una novela de esas en que la historia de una familia está contada con mimo y con magia, con ese cariño intrínseco por los seres queridos y por ese amor a la tierra que tantas desgracias ha traído a los hombres en muchas ocasiones, pero un amor que no se olvida y al que se vuelve en busca de respuestas y una paz de espíritu que no se encuentra en la lejanía de las ciudades.
EL MURMULLO DE LAS ABEJASEl murmullo de las abejas narra la historia de una familia de terratenientes mexicanos, los Morales Cortés, afincados en La Amistad, un extenso terreno con bastantes aparceros y dedicada históricamente al cultivo de la caña de azúcar. A esa finca, como un milagro, llega un día Simonopio, un bebe recién nacido que sobrevive al frío donde lo han abandonado gracias a que las abejas lo recubren sin picarle, dándole el calor que necesita hasta que lo encuentra la nana Reja y lo lleva a la familia Morales, que lo adopta. Desde entonces las abejas acompañarán toda su vida a Simonopio de tal modo que niño y abejas se entienden, se defienden y se protegen mutuamente compartiendo su espacio vital en todo momento. Es toda una delicia leer de la mano de Sofía Segovia, la historia de este niño y sus abejas y de la familia Morales, de la historia tan dura de México allá por principios del siglo XX con su Revolución, el exceso de muertes por la influenza española (gripe de 1918), la Reforma Agraria, ... en un país del que apenas conocía nada. La autora en un estilo cercano al realismo mágico que recuerda a Allende, nos cuenta la historia de esta familia de terratenientes que tienen en la familia y la tierra los valores más importantes. Y no sólo los valores de su propia familia, sino la de aquellas otras, las de sus trabajadores de quienes se sienten responsables en un marco ideológico propio de la época pero que le coloca ante los ojos de los lectores como personas buenas más que como explotadores, tal y como son vistos por los revolucionarios del momento que reclaman "la tierra para el que la trabaja". Habría que irse a los libros de historia para analizar en detalle la realidad del momento y la situación real de las familias bajo ese sistema agrario que concentra la propiedad en tan escasas manos.
Dicho esto, lo que Sofía Segovia nos relata es la vida de una familia, de una buena familia, a la que llegas a admirar y a querer y donde Simonopio, el niño de las abejas es el eje central de la misma, a pesar de no pertenecer a la sangre de sus progenitores. Y es que Simonopio es un niño especial, un niño que no habla porque tiene el labio leporino y nadie lo entiende cuando lo intenta, así que desiste de hacerlo, pero se expresa perfectamente con su sonrisa, sus gestos y sus expresiones de tal modo que, gracias a sus abejas, se adelanta a las desgracias y en más de una ocasión salva a la familia de desgracias futuras o les avisa de bondades inmediatas. Simonopio tiene un don y todos lo saben aunque alguno de los trabajadores de la finca, supersticiosos como perfectos personajes del medio rural, opinan, por contra, que es un ser protegido por el demonio y que su presencia no acarreará nada bueno a sus familias y a su entorno
EL MURMULLO DE LAS ABEJASAlrededor de tan especial e inolvidable personaje, todo un elenco de personajes maravillosos y contundentes, como Francisco Morales, padre, Beatriz Cortés, la madre, las nanas Reja y Pola, entrañables y llenas de esa sabiduría ancestral envidiable, las hijas de la familia y Francisco "chico", el menor, que siendo ya anciano vuelve a la tierra desde la ciudad y nos va contando la historia con añoranza y tristeza, pero también con unos rasgos de humor que en más de una ocasión, me ha hecho sonréir con sus expresiones. Y, Anselmo Espiricueta, un personaje maligno, lleno de rencor, de superstición y de odio que te genera tanto miedo como se lo genera al propio Simonopio. El "coyote" que acecha, se esconde, cobarde él, hasta conseguir su objetivo, con paciencia y engaño. Todos ellos, junto a Simonopio y sus abejas conforman una historia entrañable, apasionante, llena de giros y de olores de azahar de naranjos y de pan recién hecho. Una delicia para los sentidos, sin duda.
En definitiva, una historia digna de ser leída y degustada sorbo a sorbo, llena de miel y de olor a azahar, impregnada de ese realismo mágico que enamora y con un cuidado uso del lenguaje que se aprecia en cada párrafo, en cada personaje. Una lucha entre el bien y el mal, entre el odio y el amor, la lealtad y la sed de venganza. Todo ello reflejado en la vida que les tocó vivir a esta familia mexicana en una época convulsa y llena de cambios en el México más rural. Sin duda, os la recomiendo.

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