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¡El No ya lo tienes! La trampa de los objetivos

Publicado el 10 enero 2017 por Marketing News Marketing News @Marketingn
¡El No ya lo tienes! La trampa de los objetivos

Las empresas y las personas se parecen. Al igual que las personas las empresas se fijan muchos objetivos todos los años y son muy ineficientes en el cumplimiento de los mismos. ¿Por qué?

Lo primero es entender por qué fijamos objetivos. En principio y sintetizando, podríamos decir que cuando alguien se fija un objetivo es porque algo lo tiene mal o quiere modificar una situación determinada por una mejor o diferente.

Aquí es cuando se debe tener cuidado a la hora de fijar objetivos para no caer en la “trampa de los objetivos”, que se refiere a fijar objetivos para calmar ansiedades. De esta forma los objetivos no están planificados y  por ende su probabilidad de fracaso es alta.

Momentáneamente cuando fijamos el objetivo nos sentimos mejor, como si nuestro cerebro recibiera una señal que le dice: “tranquilo estoy trabajando en ello”.  Al principio, esto genera una sensación de tranquilidad, pero la misma se pierde  cuando con el pasar del tiempo el objetivo no se cumple. En ese momento entra en juego otro sentimiento que todos hemos sentido y volveremos a sentir; frustración. ¿Qué pasa cuando una persona o una empresa se frustran mucho? Lo más probable es que se dejen de fijar objetivos, ya que preferimos convivir con el problema que sufrir la frustración de fracasar.

Lo peor que le puede pasar a una persona o empresa es dejar de fijarse objetivos, si esto sucede, podríamos decir que su vida o rumbo está a la deriva o parafraseando a Séneca: “no hay vientos favorables para aquel que no sabe a donde va”.

Pocas cosas te darán tanto liderazgo como ser bueno cumpliendo objetivos

Tanto en el mundo del Marketing como en el de los emprendedores cada vez es más importante ser bueno fijando objetivos. La objetividad les brinda una perspectiva de la realidad que disminuye las discusiones sin sentido y permite discutir y analizar algo concreto. Esto de ninguna manera atenta contra la intuición o creatividad, todo lo contrario, más bien ayuda a que la misma tenga orden y planificación.

En mis años como consultor y emprendedor aprendí que la base para poder pensar estratégicamente es tener claridad en toda la organización de los objetivos. Si pensamos bien, los objetivos son una de las pocas cosas comunes a todas las áreas de la empresas. Sin objetivos no hay punto de partida. Con objetivos es más fácil alinear a un equipo, definir roles y sobre todo saber si vale la pena tanto esfuerzo.

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A continuación intentaré describir cuáles son las claves para fijar eficientemente  los objetivos y por ende, evitar la frustración.

a) Regla general: en la fijación de objetivos muchas veces menos es más. Es preferible tener pocos objetivos bien claros a una gran cantidad de objetivos mal definidos.

b) Hay que diferenciar la visión, de los objetivos macro y los subobjetivos.

Visión: la visión es la base de cualquier organización, es lo que nos define a dónde queremos llegar, qué queremos ser y cómo nos vemos en una visión a largo plazo. A diferencia de los objetivos, la visión no tiene límites claros, es más bien difusa y puede ser utópica en el momento en el que se plantea, pero es clave para marcar el norte. La visión debe ser motivadora y alinear a las personas detrás de ella. Sin una visión clara, los objetivos tampoco lo serán. El emprendedor debe antes que nada, definir su visión lograr que sea compartida.

Respecto a la visión quiero aportar un último renglón. Es importante que la misma sea compartida y entendida por todos en la organización. Si esto no sucede, sus colaboradores solo trabajaran con usted por dinero y créame que si esto sucede es muy posible que tenga una alta rotación y poco compromiso real.

Objetivos Macro: Son los grandes objetivos de la organización y por su tamaño suelen impactar en varias áreas y requieren de un esfuerzo conjunto. Como el objetivo es grande, debe subdividirse en objetivos más pequeños que permitan tener más claridad del paso a paso y dividirlos entre distintos actores en la organización.

Es importante tener en cuenta que son pocas las veces en que el cumplimiento o no de un objetivo solo afecta a un área o una persona, por lo general impactan en otros. Sea consciente de esto y mantenga una buena comunicación para coordinar el avance de todos los objetivos relacionados. Al fin y al cabo no alcanza con solo un buen jugador, todo el equipo tiene que jugar bien si queremos ganar.

C) Componentes básicos de todo objetivo:

-Tiempo: no existe objetivo sin un tiempo para su realización. No se ate a un tiempo sin previamente analizarlo en profundidad. Un objetivo debe durar lo que sea necesario para el correcto desarrollo del mismo. Así como no es bueno que un bebe nazca antes de los nueve meses, un objetivo tampoco debe hacerlo antes de su tiempo de maduración.

-Presupuesto: la mayoría de los objetivos fracasan por una mala asignación de presupuesto. No solo nos referimos a dinero, también tienen que ver el tiempo y los recursos. Por eso se deben hacer presupuestos y evaluar el equipo, si el equipo no es el adecuado o debe sumar nuevos recursos, no  se debe comenzar con el objetivo hasta contar con ello.

-Límites claros y específicos: haciendo honor a su nombre, los objetivos deben ser objetivos y no subjetivos. Un objetivo es algo concreto y claro. Ser feliz  no es un objetivo, es más bien una visión.

-Medible: todo objetivo debe ser medible. Los buenos objetivos son aquellos a los que nos podemos enfrentar en cualquier momento y poder determinar con exactitud su avance. En este punto recuerda que lo que no se puede medir, no se puede gestionar.

Reflexión:

¿Cuántas veces en tu vida dejaste de hacer algo porque una voz interna o externa te decía que no ibas a lograrlo?

Nunca abandones un sueño por más pequeño que sea cuando lo peor que puede pasar es que alguien te diga NO, en tal caso lo único que tenías  antes de empezar era precisamente eso, un NO, por ende no has perdido nada. Y recuerda que  quien no puede te dirá que tú tampoco puedes. Si tu voz interna te dice avanza, no te detengas. De todas formas, el No ya lo tienes.

 Por: Jonatan Loidi

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