Revista Cultura y Ocio

"El nombre del viento" (Crónica del asesino de reyes#1), de Patrick Rothfuss: o cómo construir un personaje principal cautivador

Publicado el 07 noviembre 2016 por Lidiacasado

Título: El nombre del viento
Autor: Patrick Rothfuss
Editorial: Plaza&Janés
Género: novela fantástica, aventuras
Páginas: 880
Publicación: 2007
ISBN: 9788401352799

 En una posada en tierra de nadie, un hombre se dispone a relatar, por primera vez, la auténtica historia de su vida. Una historia que únicamente él conoce y que ha quedado diluida tras los rumores, las conjeturas y los cuentos de taberna que le han convertido en un personaje legendario a quien todos daban ya por muerto: Kvothe músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, héroe y asesino.  Ahora va a revelar la verdad sobre sí mismo. Y para ello debe empezar por el principio: su infancia en una troupe de artistas itinerantes, los años malviviendo como un ladronzuelo en las calles de una gran ciudad y su llegada a una universidad donde esperaba encontrar todas las respuestas que había estado buscando.
   Me gusta la novela fantástica así que le tenía echado el ojo a este libro desde hacía muuucho tiempo. Pero a un ejemplar de más de 800 páginas no se le hace sitio así como así, así que han tenido que venir Teresa, de Leyendo en el bus, y Carla, de Asteroide B612, para meterme los perros en danza con sus comentarios y animarnos a que leyéramos la segunda parte durante octubre. La verdad es que es todo un reto, pero ya he cumplido al menos la mitad.
   Dice la web de Plaza&Janés que esta es una novela atípica y estoy de acuerdo con ello. Tampoco sé qué razones aduce, pero las mías las tengo claras: es una novela de aventuras pero en la que las aventuras están contadas en diferido. Un poco lo que me ha pasado este verano con Los trabajos de Persiles y Sigismunda. Y como dije en la reseña de la novela cervantina, eso le da un aire diferente a la obra. Quizá hace que no te metas tanto en la historia o que la veas con una perspectiva diferente, porque sabes que el héroe va a salir indemne de ella, puesto que está aquí, ahora, contándote lo que vivió.
    Lo que pasa es que Kvothe es un grandísimo narrador. Y así, aunque la aventura pierda actualidad y un pelín de intriga, sabe cómo contarla para que te sientas atrapado en ella.  Y así, lo que pierde en... digamos inmediatez, lo gana en esa magia que despiertan las palabras mágicas "Érase una vez".
    También me ha resultado atípica porque, el fondo, no sabes muy bien qué está pasando. En otras novelas de aventuras y fantasía sabes que hay un enemigo y que hay que derrotarlo; aquí intuyes que algo está pasando, porque hay ciertos sucesos que te llevan a pensar en ello, pero la trama no es esa. La trama es, como el propio subtítulo indica, la crónica de la vida de Kvothe, asesino de reyes... aunque aún no sepamos por qué recibe ese sobrenombre.
    Otro de los elementos atípicos de esta novela es que sí, pertenece al mundo de la fantasía pero no se abusan de los elementos fantásticos. Sí, hay magia; sí, el mundo en el que se mueven los personajes no es nuestro mundo real; hay algunos seres un tanto extraños.... pero poco más. Así que el resultado es más una novela realista (aunque ambientada en un universo diferente al nuestro) con toques de fantasía que una novela fantástica al cien por cien. Al menos, hasta donde yo he leído...
    Y, sin duda, su punto fuerte, lo mejor que tiene es Kvothe, que es un grandísimo personaje. Lo cual es necesario puesto que, como digo, él es el protagonista absoluto de la novela. Su voz, su trayectoria, su presente y su pasado centran toda la obra, sin resquicios para los demás personajes, meros espectadores o personajes secundarios en la crónica de su vida. Esto hace que, además, todo esté tamizado por su punto de vista: solo hay cierta oposición cuando hace referencia a algunas leyendas que corren sobre él o cuando alguno de los personajes contradice algo de lo descrito por Kvothe porque no se ajusta a lo que sabía de él antes de conocerle. Esto, y el carácter que Rothfuss dibuja para él, potencian la conexión entre el lector y EL personaje, el rey de la narración, el protagonista absoluto de la trama. La empatía con Kvothe es, pues, absoluta y necesaria.
    Creo que esta empatía que se establece entre el lector y el protagonista (una empatía que mezcla la compasión que merecen algunos de los sucesos de su vida, la admiración por el valor que demuestra, el embobamiento que nos produce su capacidad narrativa y hasta el hecho de que le perdonemos sus ocasionales fanfarronadas porque, "bueno, ya sabes... Kvothe es así y le queremos tal y como es") es una traslación de la empatía y la admiración que sienten el resto de personajes hacía él: Kvothe es carismático, es embaucador, tiene don de palabra, es valiente y es humilde, así que no tiene problemas para conquistar corazones y almas; en la ficción o al otro lado de la realidad. Si se presentara  a unas elecciones, las ganaba de calle. Y así logra Rothfuss que nos sintamos como los personajes de la novela. Es más, creo que así logra que nos sintamos DENTRO de la novela, como un personaje más sentado a la mesa de la taberna en la que Kvothe está dando cuenta de su vida al cronista.
  Así pues, muchos son los méritos de esta novela a la que, desde mis expectativas cuando me enfrento a una novela fantástica, solo le veo el demérito de que he leído más de 800 páginas y en realidad no sé qué pasa, más allá del cuento (fabuloso, grandioso) que nos está contando Kvothe. Pero aquí está otro de los encantados de esta obra, claramente atípica.
   Nos seguimos leyendo.
   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  • Reto 100 libros: 97/100
  • Reto Olvidados: 27

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