Revista Cultura y Ocio

El oficio del mal. Robert Galbraith

Por Mientrasleo @MientrasleoS
El oficio del mal. Robert Galbraith
     "No había logrado eliminar todos los restos de sangre. Bajo la uña del dedo corazón de su mano izquierda había una línea oscura con forma de paréntesis. Empezó a sacarla, aunque le gustaba verla allí: era un recuerdo de los placeres del día anterior. Tras un minuto hurgando sin éxito, se metió el dedo en la boca y se chupó la uña sucia. El sabor ferroso le recordó el chorro que se había derramado con furia por el suelo embaldosado, salpicando las paredes, empapándole los vaqueros y convirtiendo las toallas de baño de color melocotón (esponjosas, secas y pulcramente dobladas) en unos trapos empapados en sangre."
     Si hay autores encasillados por sus libros, otros se esfuerzan por hacerse notar también fuera de quien les dio la fama. Un ejemplo es la invención de Robert Galbraith por parte de la autora de Harry Potter, y, además de eso, simultanear ambos caminos. En mi caso, quizás ya por la edad, me siento más cómoda leyendo las novelas que se alejan un poco del mago, y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El oficio del mal.
     En esta ocasión Cormoran y Robin, más concretamente ella, recibe un paquete con un tétrico contenido en su interior: una pierna amputada. El paquete parece haber sido un error, ya que el destinatario es Cormoran, cuya cojera es más que conocida. La pareja protagonista tiene una lista de sospechosos y la policía parece centrarse en uno de ellos, sin embargo Cormoran, preocupado por la mala publicidad que le procura la noticia de lo sucedido, no parece compartir la opinión policial.
     Y llega la tercera entrega protagonizada por Cormoran Strike y Robin, a los que ya vamos conociendo. Recuperamos al cojo y taciturno detective, con pinta de huraño pero atractivo para las mujeres, decidme si eso no es un cliché, y a su joven y hermosa ayudante que poco a poco va tomando control sobre este nuevo trabajo. En esta ocasión, y por dar un carpetazo rápido a sus vidas privadas, Rowling nos muestra que la atracción entre ambos es mayor que la que ellos quieren confesarse, y también los más y los menos de Robin con Matthew, su novio ya conocido con el que planea casarse, y la de su jefe con Elin, que parece hacer aguas. Hasta aquí, nada que cualquier lector no se esperase en una saga protagonizada por una pareja mixta y es que, empiezo a aburrirme de que no puedan trabajar dos personas juntas de distinto sexo sin sentirse atraídas la una por la otra, me resulta demasiado previsible.
     En cuanto a la novela, Rowling construye en esta tercera entrega su caso más agobiante. De entrada lo aligera muchísimo menos, y nos va dando más pistas sobre la vida personal de sus protagonistas. Además, la implicación personal de ambos es crucial para los sentimientos encontrados del lector. En un primer momento la pierna iba dirigida a Cormoran, pero luego, y gracias a los capítulos narrados por el propio asesino, vamos temiendo cada vez más por la seguridad de Robin. Además, es y con un margen bastante amplio, la novela más negra de la autora, con más sangre y, por supuesto, mucho más oscura. El caso se desarrolla entre varios sospechosos que nos son presentados sin tardar mucho y entre los que Cormoran descarta precisamente al que la policía considera más probable. Es cierto que la vida del protagonista le ha provocado tener enemigos suficientes, pero también que la autora logra despistar al lector lo suficiente como para darle unas cuantas sorpresas a medida que vamos llegando al final y hacerlo, además, sin perjudicar la credibilidad de la resolución. Robin, quizás de quien más conocemos en el libro, se alza finalmente como igual a Strike y de este modo la autora afianza una pareja a la que parece quedarle aún un amplio recorrido literario.
     Tengo que decir que dejando de lado los libros del archiconocido mago, The casual vacancy resultó toda una sorpresa para mi, ya que me encontré con una narradora mucho más solvente de lo que me había imaginado, mientras que estos otros firmados bajo seudónimo siempre me han parecido simplemente entretenidos. Aún así, El oficio del mal es el mejor de los tres libros de la saga. Sin duda alguna. Estoy segura de que hará disfrutar a muchos aficionados al género. Además juega con una ventaja y es que no solo se puede leer de forma independiente, sino que no da pistas de la resolución de sus dos anteriores entregas.
     Y vosotros, ¿habéis leído a Rowling más allá de Potter?
     Gracias.

Volver a la Portada de Logo Paperblog