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El orgullo

Por Yolanda Pérez @eclipse_elche
Yolanda Pérez 25 enero, 2017 Psicología en general No hay comentarios

El orgullo es vanidad, arrogancia, exceso de estima por uno mismo, siendo en ocasiones disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas aunque, como todos sabemos, esto último no suele ser así definición de la R.A.E.).

Mujer con mirada orgullosaMujer con mirada orgullosa

¿Hasta qué punto es bueno el orgullo? Fuente de la imagen: theimaginativeconservative.org

¿Eres orgulloso u orgullosa? Te explicamos cómo es una persona orgullosa, y qué sucede cuándo se es orgulloso.

Desde el punto de vista de la psicología, una persona orgullosa es aquella que utiliza habitualmente una ‘capa protectora’ para tapar o enmascarar sentimientos de inferioridad que siente en realidad con respecto a sí misma o con respecto a la relación que tiene con otra persona.

Con el orgullo lo que hacemos es protegernos, pero sobre todo engañarnos a nosotros mismos. Pero lo hacemos para hacer frente al miedo y las consecuencias que tememos sufrir de una situación o acción.

¿Qué ocurre con el orgullo?

Tener confianza en nosotros mismos ayuda, eso es bueno. Pero si este exceso de confianza es demasiado grande lo que vamos a conseguir es bloquear todas las cosas positivas que nos puedan pasar o nos pudieran ocurrir, por el simple hecho de poner una barrera, una barrera llamada orgullo.

Nunca viene mal que nos paremos a pensar si quizá nos estamos pudiendo equivocar en una situación. Dejar un margen de error en nuestros actos con respecto a otras personas, nos permitirá acercarnos a ellas y conseguir, por qué no, aquello que tanto deseamos pero que no hemos conseguido con anterioridad.

Una persona orgullosa tiene por delante primero su persona, después su persona también y por último su persona. No confundamos autoestima con orgullo. “Primero yo” está muy bien, pero ha de ser un “primero yo” teniendo en cuenta a los demás.

Un exceso de confianza tampoco es positivo, puesto que nadie es perfecto y todos al fin y al cabo cometemos errores. El orgullo puede alejarte de conseguir tus resultados.

La persona orgullosa cree que son los demás los que se equivocan, tienen que cambiar y que por tanto ellos nada tienen que hacer, sólo protegerse para que los errores de los demás no les hagan daño.

Es ahí por tanto, donde se quedan bloqueadas y no avanzan en ninguna dirección. Sólo en colocarse su armadura, llevando peso encima, y quizá sentirse mal porque las cosas no han sido como esperaban porque el otro no ha cambiado como a él le gustaría.

La capacidad de poder darse cuenta de que quizá esa exigencia y perfección que esperan de los demás, no es tan eficaz, y le podrá permitir al orgulloso romper con su propia barrera y quizá así conseguir dar pasos y avances en otra dirección.

Imagen de frase sobre el orgullo: Cuando el orgullo comienza el amor muere, de Johann Caspar Lavater
Imagen de frase sobre el orgullo: Cuando el orgullo comienza el amor muere, de Johann Caspar Lavater

Frase sobre el orgullo de Johann Caspar Lavater. Fuente: akifrases.com

Tener orgullo o estar orgulloso

Evidentemente todos hemos usado en alguna ocasión ambas expresiones. Las personas que tienen orgullo propio, lo definen como ‘amor propio’, como un arma o caparazón poderoso que sólo sirve para protegerse ante los males y que en ocasiones no nos permite avanzar.

Sin embargo, estar orgulloso de mí o de alguien, significa algo completamente distinto, y es algo completamente sano, puesto que aquí se trata de reconocer que hemos conseguido resultados que deseábamos con nuestro esfuerzo o el de otros.

Sin embargo no lo confundamos tampoco con la soberbia, que nos hace sentirnos únicos y maravillosos y por tanto los mejores del mundo y que nadie es mucho mejor que nosotros.


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¿Y entonces qué hago?

No olvidemos que es importante valorarse a uno mismo, respetarse, quererse… pero sin olvidar que los demás también existen y que vivimos en sociedad, y sin olvidar tampoco que sobre todo cometemos errores y nadie es perfecto.

Por tanto si crees que alguien ha hecho algo mal pero no da su brazo a torcer, si crees que nadie te llama pero tú no haces nada más que colocarte tu caparazón y no llamar tampoco para tomar ese café, hacer esa visita o simplemente esa llamada pendiente, piensa si tú quieres hacer realmente lo mismo que esa persona y ponerte tu caparazón.

Recuerda que protegerte y ponerte la coraza te convertirá en una persona orgullosa. Así que pregúntate, ¿consigo así lo que quiero? Si la respuesta es no, piensa si debes dar otros pasos.

Sobre el autor

El orgullo
Yolanda

Yolanda Pérez Directora del centro de Psicología Eclipse Soluciones. Doctora en Psicología (nº col. CV-9418) y Master en Psicología de la Salud. Especializada en terapa adultos-intantil. Experta en formación y orientación laboral.

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