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El origen de las especies, la teoría de la evolución

Publicado el 21 mayo 2014 por Albilores @Otracorriente

darwin

Corría el año 1859 cuando un científico inglés, considerado ya importante por sus coetáneos, publicó una obra que revolucionó todos los estudios que se habían realizado hasta ese momento. La obra en inglés se tituló On the Origin of Species  y en castellano se conoce como El origen de las especies. Su importancia fue tal que es considerado uno de los trabajos precursores de la literatura científica y el fundamento de la teoría de la biología evolutiva.

Charles Darwin introdujo la teoría científica de que las poblaciones evolucionan durante el transcurso de las generaciones mediante un proceso denominado de selección natural. En sus investigaciones presenta evidencias de que la diversidad de la vida surgió de la descendencia común a través de un patrón ramificado de evolución. Para ello se basó en los datos recogidos gracias a su expedición en el viaje de Beagle, en la década de 1830, y sus descubrimientos posteriores mediante la investigación, la correspondencia y la experimentación. Previamente se habían propuesto ya varias ideas evolucionistas para explicar los nuevos descubrimientos de la biología y con Darwin se extendieron gracias a un mayor apoyo a estas ideas entre los anatomistas disidentes y el público en general. Sin embargo, durante la primera mitad del XIX la comunidad científica inglesa estaba estrechamente vinculada a la Iglesia de Inglaterra y no compartía criterios con la teología natural que defendía la ciencia en general. Las ideas sobre la transmutación de las especies fueron controvertidas porque entraban en conflicto con las creencias de que las especies eran parte inmutable de una jerarquía diseñada y que los seres humanos eran únicos, sin relación con otros animales. Las implicaciones políticas y teológicas se sometieron a un intenso debate pero la transmutación no fue aceptada por la corriente científica, muy influida por el dogma de la Iglesia.

EL origen de las especies fue escrito para lectores no especializados y tuvo mucho éxito. Debido al peso de Darwin entre la comunidad científica inglesa, sus conclusiones fueron tomadas en serio y la evidencia que presentó generó un debate filosófico y religioso, el cual contribuyó a la campaña de Thomas Huxley y sus compañeros del X club para secularizar la ciencia, promoviendo el naturalismo científico. Sin duda un logro que marcó toda la evolución científica posterior, que se basó en la experimentación y la investigación despojándose de una vez por todas del yugo eclesiástico y los dogmas bíblicos, que reducían todo a una cuestión de fe. Se consolidó así el naturalismo científico.

Durante dos décadas hubo un acuerdo científico generalizado sobre la evolución, con un patrón ramificado de descendencia común, pero los científicos tardaron en darle a la selección natural la importancia que Darwin reclamaba. Durante el “eclipse del darwinismo”, de 1880 hasta la década de 1930, prevalecieron como más importantes otros mecanismos de evolución. Con el desarrollo de la síntesis evolutiva  moderna, entre los años 1930-1940, el concepto de darwinismo entendido como a adaptación evolutiva por selección natural se convirtió en el eje fundamental de la teoría de la evolución, concepto unificador de las ciencias de la vida.

La teoría de la evolución que Darwin explicó en El origen de las especies se basa en hechos clave e inferencias extraídas de ellos, que el biólogo Ernst Mayr resumió de la siguiente forma: Como hechos fueron considerados los siguientes: Cada especie es suficientemente fértil para que la supervivencia de todos sus descendientes se produzca un aumento de la población. Aunque haya fluctuaciones periódicas, las poblaciones siguen siendo aproximadamente del mismo tamaño. Los recursos y alimentos son limitados y relativamente estables en el tiempo. Los individuos de una población varían considerablemente de unos a otros y gran parte de esta variación es heredable.

Las inferencias que Darwin sacó a partir de estos hechos son éstas: Sobreviene una lucha por la supervivencia. Los individuos menos adecuados para el medio ambiente tienen menos probabilidades de sobrevivir, de reproducirse y, por consiguiente, de dejar sus rasgos hereditarios a las generaciones futuras, lo que conduce al proceso de selección natural. Este proceso lento se manifiesta en cambios en las poblaciones para adaptarse a sus entornos y, en último instante, estas variaciones se acumulan con el tiempo para formar nuevas especies.

En las primeras ediciones de El origen de las especies, Darwin no empleó el término evolution sino expresiones como “descendencia común con modificación” y otras de este tipo. Sólo se incluyó el vocablo a partir de la quinta edición y en ningún momento su teoría de evolución se centra en la especie humana, algo que no parece tenerse muy en cuenta cuando se cita a Darwin y sus teorías de la evolución, pues casi siempre nos centramos en la evolución humana y su descendencia del mono. Lo que sí está claro es que Darwin transformó la biología, la despojó de sus cadenas eclesiásticas y nos permitió conocer muchos aspectos sobre nuestros orígenes y el de muchas otras especies.


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