Revista Expatriados

El Partido ¿Demócrata? Thailandés (3)

Por Tiburciosamsa

Los demócratas llegaron a las elecciones de enero de 2001 tocados del ala. La población estaba harta de políticas de austeridad. La acusación de que el Partido Demócrata había vendido el país al FMI y a Occidente caló. Y encima tuvieron que hacer frente al Thai Rak Thai del millonario populista Thaksin Shinawatra, que introdujo nuevos modos de hacer campaña y, sobre todo, se ganó el apoyo de los campesinos del norte y del noreste y de las clases bajas urbanas, a las que solían ningunear los políticos tradicionales. El Thai Rak Thai consiguió la victoria más aplastante que se haya visto nunca en Thailandia: el 40,6% de los votos y 248 de los 500 escaños en juego. Los demócratas quedaron en un distante segundo lugar con el 26,6% de los votos y 128 escaños.

Tras esas elecciones dio comienzo lo que el profesor de la Universidad de Leeds Duncan McCargo ha calificado como la “thaksinización” de Thailandia. Thaksin aplicó realmente una serie de políticas sociales que beneficiaron a los campesinos y le aseguraron su apoyo imperecedero y un vivero de votos fieles. Al mismo tiempo Thaksin fue colocando a sus peones en las distintas instituciones y órganos del Estado y en la Policía y las FFAA. También sus empresas crecieron en importancia. En el frente político, el Thai Rak Thai comenzó a fagocitar a otros partidos (ellos lo llamaban coaligarse), de manera que para 2005 la única oposición real al Thai Rak Thai era la del Partido Demócrata.Por desgracia, el relevo de Chuan en la jefatura del Partido fue de todo menos satisfactorio. Por primera vez hubo una dura pugna entre dos candidatos, Banyat Bantadtan y Abhisit Vejjajjiva, que lucharon con un entusiasmo tal que parecía que lo que estuviera en juego fuera la presidencia del gobierno. Por cierto que en Thailandia, luchar políticamente con entusiasmo significa recurrir a saco al clientelismo. Banyat ganó por los pelos, gracias a que el Secretario General del Partido, Sanan Kajornprasat, organizó un viaje para que los representantes regionales del partido se lo pasaran teta en Pattaya. Por cierto, que habitualmente uno no va a Pattaya para disfrutar de la brisa marina y visitar sus museos. La alegría le duró poco a Banyat. Durante sus cuatro años de mandato, Thaksin había sabido fidelizarse a los votantes de las zonas rurales del norte y del noreste, que son un buen puñado. En las elecciones de febrero de 2005 el Thai Rak Thai arrasó: se llevó el 60% de los votos y 375 de los 500 escaños en juego. El Partido Demócrata quedó en segundo lugar con un modesto 18% de los votos y 96 escaños. El TRT logró grandes triunfos en todo el país, salvo en el sur, tradicional feudo de los demócratas, que consiguieron 52 de los 54 escaños que se dirimían allí. La derrota fue tan aplastante, que no había viajes a Pattaya que lo pudieran arreglar. Banyat presentó su dimisión y le sucedió Abhisit Vejjajjiva. Abhisit había nacido en Inglaterra y había estudiado en Eton y en la Universidad de Oxford. Es un hombre educado, cortés y un poco retirado. O sea, el tipo de hombre que haría un perfecto Primer Ministro en Luxemburgo, pero al que en Thailandia se lo comen. Con un partido derrotado y desmoralizado y un Thaksin cada vez más poderoso, en las fotos de la época se ve a Abhisit con una expresión de “Buda, aparta de mí este cáliz”, que da pena. Se le veía que no sabía cómo empezar a hacer oposición. Pero tampoco hizo falta que aprendiera. Fue por esta época que empezaron a surgir elementos antithaksinistas broncos que le hicieron el trabajo sucio al Partido Demócrata. Durante el segundo mandato de Thaksin el que más se destacó fue el magnate de los medios de comunicación Sondi Limthongkul, quien formó la Alianza Popularpor la Democracia (PAD) e hizo bandera de sus sentimientos ultramonárquicos. Las protestas callejeras incitadas por Sondi representaron el primer tropiezo para Thaksin, a quien hasta entonces todo le había salido bien. El segundo tropiezo fue el escándalo que produjo la venta de su compañía Shin Corp al fondo singapureño Temasek. Para facilitar la venta Thaksin había cambiado previamente la Ley de Telecomunicaciones y utilizó todas las argucias del mundo para evitar pagar impuestos por la operación. Sintiendo que la presión en su contra se incrementaba, Thaksin convocó elecciones para abril de 2006 y los demócratas recordaron las elecciones de 1952. Si un tipo autoritario convoca unas elecciones que sabes que no vas a ganar, mejor no te presentes. Los demócratas y otros dos partidos de cierto peso a los que todavía no había fagocitado el Thai Rak Thai optaron por boicotearlas. Las elecciones tuvieron algo de farsa. El único partido de peso que concurrió fue el TRT. Se sospechó que los otros pequeños partidos que concurrieron y que no obtuvieron más del 1,1% de los votos, estaban compinchados con el TRT y se habían presentado únicamente para que las elecciones tuvieran una pátina de legitimidad. Las elecciones de abril de 2006 no arreglaron nada. La tensión entre thaksinistas y antithaksinistas no paró de aumentar y en septiembre de 2006 los militares dieron un golpe. O sea, que la rutina castrense habitual había regresado a Thailandia después de quince años sin golpes, casi una eternidad. El Partido Demócrata se encontró en una posición equívoca. A los demócratas de toda la vida los golpes militares les parecen horribles, pero ese golpe en concreto les había venido de perlas a los demócratas thailandeses, que parece que fueran de un pelaje diferente. Los demócratas se dejaron querer y tuvo su efecto. Cuando un Tribunal Constitucional juzgó al TRT y al Partido Demócrata por supuestas irregularidades en las elecciones de 2006, al primero lo disolvió e inhabilitó a 111 de sus líderes, mientras que al segundo lo absolvió. En justa reciprocidad, los demócratas aplaudieron con entusiasmo la Constitución que el gobierno transitorio elaboró en 2007 y de la que dijeron que era mejor que la abrogada de 1997. La verdad es que desde un punto de vista técnico la de 1997 era bastante superior. El gobierno interino convocó elecciones para el 23 de diciembre de 2007 y el TRT reencarnado en el Partido del Poder Popular (PPP), volvió a ganar y formó gobierno. Las bases electorales que Thaksin había cultivado con ahínco durante sus mandatos se le mostraron fieles y demográficamente eran más numerosas con los habitantes del sur y que las élites urbanas de Bangkok que votaban consistentemente a los demócratas. Al PPP apenas le dejaron gobernar. Entre el acoso de los tribunales y las manifestaciones convocadas por el PAD, que llegó a ocupar el aeropuerto internacional de Suvarnabhumi, no hubo un momento de respiro para los dos Primeros Ministros del PPP que se sucedieron en 2008, Samak Sundaravej y  Somchai Wongsawat. La posición de Abhisit en aquellos meses fue equívoca. En público, rechazaba las tácticas agresivas del PAD, que, sin embargo, eran aplaudidas por muchos demócratas. ¿Cinismo o falta de control sobre sus huestes?

Finalmente los tribunales fueron los que dirimieron la cuestión. Endiciembre de 2008 el Tribunal Constitucional ordenó la disolución del PPP y otros dos partidos menores por compraventa de votos, práctica que en Thailandia han realizado casi todos los políticos sin que se disolvieran sus partidos. Con el PPP desarbolado, el Partido Demócrata se atrajo a diputados de algunos pequeños partidos que hasta entonces habían estado aliados al PPP y  el 15 de diciembre de 2008 logró que el Parlamento eligiera a Abhisit Primer Ministro. 

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