Revista Salud y Bienestar

El peligro de querer agradar a todos

Por Unplusdebienestar @unplusdbienstar
El peligro de querer agradar a todos

Mucha de la gente que va a terapia tiene esta queja: “mi problema es que intento agradar a todos”.  Hay una historia bastante antigua que ilustra muy bien esta dificultad y quería hoy compartirla con vosotros para que podáis llegar a vuestras propias conclusiones.

“Había una vez un anciano y un niño que viajaban con un burro de pueblo en pueblo. Puesto que el asno estaba viejo, llegaron a una aldea caminando junto al animal, en vez de montarse en él. Al pasar por la calle principal, un grupo de niños se rió de ellos, gritando: 

-¡Mirad qué par de tontos! Tienen un burro y, en lugar de montarlo, van los dos andando a su lado. Por lo menos, el viejo podría subirse al burro. 

Entonces el anciano se subió al burro y prosiguieron la marcha. Llegaron a otro pueblo y, al transitar entre las casas, algunas personas se llenaron de indignación cuando vieron al viejo sobre el burro y al niño caminando al lado. Entonces dijeron a viva voz: 

-¡Parece mentira! ¡Qué desfachatez! El viejo sentado en el burro y el pobre niño caminando.

Al salir del pueblo, el anciano y el niño intercambiaron sus puestos. Siguieron haciendo camino hasta llegar a otra aldea. Cuando la gente los vio, exclamaron escandalizados: 

-¡Esto es verdaderamente intolerable! ¿Han visto algo semejante? El muchacho montado en el burro y el pobre anciano caminando a su lado. 

-¡Qué vergüenza! 

Puestas así las cosas, el viejo y el niño compartieron el burro. El fiel jumento llevaba ahora el cuerpo de ambos sobre su lomo. Cruzaron junto a un grupo de campesinos y éstos comenzaron a vociferar: 

-¡Sinvergüenzas! ¿Es que no tienen corazón? ¡Van a reventar al pobre animal! 

Estando ya el burro exhausto, y siendo que aún faltaba mucho para llegar a destino, el anciano y el niño optaron entonces por cargar al flaco burro sobre sus hombros. De este modo llegaron al siguiente pueblo. La gente se apiñó alrededor de ellos. Entre las carcajadas, los pueblerinos se mofaban gritando: 

-Nunca hemos visto gente tan boba. Tienen un burro y, en lugar de montarse sobre él, lo llevan a cuestas. ¡Esto sí que es bueno! ¡Qué par de tontos! 

La gente jamás había visto algo tan ridículo y empezó a seguirlos. 

Al llegar a un puente, el ruido de la multitud asustó al animal que empezó a forcejear hasta librarse de las ataduras. Tanto hizo que rodó por el puente y cayó en el río. Cuando se repuso, nadó hasta la orilla y fue a buscar refugio en los montes cercanos. 

El molinero, triste, se dio cuenta de que, en su afán por quedar bien con todos, había actuado sin el menor seso y, lo que es peor, había perdido a su querido burro”. 

Te invito a reflexionar: 

¿Con qué frecuencia acabas apartándote de tus objetivos para agradar al otro?

¿Cómo te sientes después de hacerlo?

¿Se te ocurre alguna otra manera de enfrentarte a ello la próxima vez?

¿Qué beneficios tendría? ¿Qué costes?

¿Quieres hacerlo?

Hoy decide dejar de verte como lo que crees que eres y empieza a verte y a sentirte como lo que quieres ser

¡¡Feliz fin de semana!!

Fuente: Elena de Miguel, psicóloga y coach

El peligro de querer agradar a todos

Javier Medina

acerca de

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 Hacer lo que te gusta es libertad. Gustarte

lo que haces es felicidad ”

Frank Tyger 1929-2011 Brooklyn, Nueva York. Escritor y caricaturista 


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