Revista Cultura y Ocio

El pez gordo,de roger rueff.

Por Miguelmalaga

TEATRO: EL PEZ GORDO, DE ROGER RUEFF. MUERTE DE UNOS VIAJANTES.
Vivimos en una sociedad capitalista. Salvo en el caso de los funcionarios, buena parte del resto de los trabajadores deben dedicar sus horas laborales a predicar las bondades de su empresa en contraposición de las de la competencia. Esa es la esencia del sistema: vender es mucho más importante que producir.
En la suite de un hotel encontramos a tres personajes que, en medio de una convención, preparan un pequeño ágape en espera de algunos invitados. Su objetivo principal es engatusar al presidente de una importante compañía para captarlo como cliente, a fín de salvar a su propia empresa.
Phil está ya casi en los sesenta, divorciado y de vuelta de todo. Es la amarga voz de la experiencia. Larry, de mediana edad, es un agresivo comercial que se encuentra en el punto culminante de su carrera. Bob es un recién licenciado cándido y extremadamente religioso. Los dos primeros se conocen desde hace años y se las saben todas. Bob se encuentra ante su primera experiencia de este tipo.
Durante hora y media, y sin cambiar de escenario, al espectador no se le va a dar respiro. La obra de Roger Rueff reflexiona acerca del mundo del trabajo, como afecta a ciertas personas envolviendo su vida en una constante persecución de objetivos. Si bien para Phil y Larry dichos objetivos son lo prioritario en su existencia y a ello deben subordinarse todos los demás aspectos de la vida, por lo que viven en constante tensión y ansiedad, para Bob las cosas son distintas. Él pone sus creencias religiosas por encima de todo y no se resigna a mantener una máscara durante el tiempo de trabajo.
Paradójicamente, y por mera casualidad, es Bob quien logra contactar con el "pez gordo", pero su sentido humanista de la religión y su nulo olfato comercial pueden dar al traste con la operación de manera estrepitosa.
La obra nos habla de las extrañas casualidades que llevan a la consecución o no de un negocio y sobre si es bueno o no ser fiel a la empresa aún por encima de la propia moral. En el fondo nos está retratando una absurda caza de un hombre endiosado, de cuyas improbables palabras va a depender la vida o la muerte (en sentido figurado) de las personas que forman una compañía. Esto es el capitalismo: la dependencia de muchos del capricho de unos pocos. De los que están arriba.
Extraordinario reparto, con mención especial a Toni Cantó, que compone un excelente retrato del vendedor puro, aquel que pone en el punto de mira al cliente como trofeo potencial.


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