Revista Opinión

El plan B de MAFO

Publicado el 06 octubre 2010 por Javiermadrazo

No es ésta la primera vez que escribo sobre Miguel Angel Fernández Ordóñez (MAFO), ni será la última. El gobernador del Banco de España nunca dejará de sorprenderme e indignarme. Ayer se destapó, una vez más, con nuevas declaraciones que, a mi juicio, constituyen una expresión cruel e inhumana de un capitalismo salvaje, que en el Estado tiene a MAFO como su mejor representante y adalid, y en el PSOE su brazo ejecutor.  

El mismo día en el que el Fondo Monetario Internacional afirmaba que España está “haciendo bien sus deberes“, es decir que acepta sus imposiciones y las sigue al pie de la letra,  Miguel Angel Fernández Ordóñez pedía al Gobierno un plan B para evitar desviaciones del déficit. No es difícil intuir cuáles son sus propuestas.  La primera de ellas,  eliminar las cláusulas de revisión salarial, que hasta la fecha actúan como una defensa ante la subida de la inflación.

MAFO las considera un problema para la competitividad de las empresas y aboga por su desaparición. También pone sobre la mesa medidas de control para las autonomías y ayuntamientos en materia de gasto público, lo que significa recortar sus competencias, minar su soberanía y poner en cuestión programas de política social, siempre necesarios y más en épocas de crisis. 

El gobernador del Banco de España, todo un exponente y valedor del mercado más neoliberal, no se queda satisfecho y va todavía más allá: pide al Gobierno, como si hiciera falta, “prontitud y ambición” para reformar el sistema de pensiones. Es obio que a MAFO  ampliar el plazo de cotización para tener derecho a una jubilación y retrasar la edad para poder acceder a ella le parece poca cosa y quiere aún más.  Me gustaría saber qué jubilación percibirá él cuando se retire. Con toda seguridad, no será de 600 euros. Durante años nos ocultó su sueldo, apelando a la “tradición“.  Ahora, a petición  de Izquierda Unida,  conocemos que su cuantía es de 165.000 euros anuales.  Que alguien diga a este señor que se calle, aunque sólo sea porque sus palabras ofenden.      


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