Revista Coaching

El poder de la simplicidad

Por Andrés Cuevas Mesa @acuevascoach

Simplicidad

Actualmente nos encontramos en un contexto claramente extendido en nuestra sociedad, el cual he querido bautizar con el nombre de la “era de la complejidad”. Pero; ¿Qué es realmente la complejidad? ¿Cuáles son sus efectos en nuestra vida diaria? ¿Cuál es el motivo que subyace en este arraigado comportamiento actual? ¿Por qué valores tan importantes como la simpleza y la claridad han quedado relegadas? La complejidad es una poderosa tela de araña que impregna todo el tejido personal, social y cultural de nuestros días, erigiéndose como el paradigma a seguir por las sociedades civilizadas (principalmente occidentales).

Falsamente hemos creído que ha mayor complejidad y sofisticación en todos los ámbitos, más posibilidades y oportunidades brindamos a los demás. Lo resultante, sin embargo, es todo lo contrario. A simple vista puede parecer que el abánico de posibilidades se amplía, pero la verdad es que la complejidad y la multiplicidad nublan nuestra visión. La realidad se despliega como un catalogo incesante de cosas, situaciones y vivencias complejas y enrevesadas, dispuestas a captar nuestra atención a cada instante. La sobreabundancia de opciones y estímulos producen en la persona una situación de indefensión, indecisión y tensión constantes.

La complejidad destruye todo atisbo de tranquilidad, sosiego y creatividad. Nuestro mundo caótico no da respiro, siempre demandando nuestra atención por diversos motivos que se interrelacionan entre sí. En este contexto resulta difícil realizarse, enfocarse y tener claridad para determinar como se deben cumplimentar nuestros objetivos y visiones. Todos los grandes genios han sido personas que han desarrollado un sútil pero poderoso sentido de la simpleza.

La simpleza responde a una capacidad genuina en el ser humano: determinar con claridad y eficacia, cuales son los pequeños pasos que hay que aplicar para marcar la diferencia. Las personas con éxito y visión son personas que generan ambientes propicios que insten a la máxima y más eficaz concentración. ¿Y cómo se obtiene un marco que favorezca esa concentración? Produciendo espacios simples, diáfanos y abiertos que produzcan ese marco de excelencia. Henry Wodsworth define la simpleza de manera muy elocuente: “En el carácter, en la manera, en el estilo y en todas las cosas, la suprema excelencia es la simplicidad”. La simplicidad nos permite interiorizar de manera certera aquellos aspectos indispensables que catapultan nuestras vidas hacia el éxito. Acota, específica e integra las experiencias verdaderamente relevantes de la vida.

¿Cómo podemos lograr instaurar hábitos y comportamientos que produzcan claridad y simpleza? A continuación os enumero cinco claves al respecto:

1. Genera un espacio diáfano y creativo a tu alrededor

Tu espacio personal (habitación u oficina) no debe estar sobrecargada de estímulos. Es recomendable que sean espacios diáfanos con poco mobiliario y a poder ser con algún elemento de la naturaleza que fomente tu creatividad, concentración y simpleza.

2. Ten un tiempo diario asignado para reflexionar o meditar

La meditación es una poderosa herramienta que nos permite conectar con la esencia y el núcleo de lo que verdaderamente somos (amor incondicional, compasión, creatividad y belleza). Esta nueva percepción de nosotros mismos propicia un estado en el que nos sentimos más relajados y conectados con la existencia, y en el que la creatividad fluye a otro nivel. La simpleza derivada de estar en un estado de no-mente hace que captemos los matices importantes y no nos detengamos en los aspectos superfluos del día a día.

3. Encuentra tu ámbito específico de realización

Encontrar el “elemento” al cual aludía Ken Robinson es una de las bases más importantes para obtener claridad y simpleza. Cuando encuentras tu ámbito y lo desarrollas con la mayor entrega y pasión posibles, las cosas se tornan simples y placenteras. Como reza el refrán: “Encuentra tu verdadera pasión y no trabajarás ningún solo día de tu vida”.

4. Vive plenamente anclado en el AHORA

La presencia y la conciencia preceden a la simpleza. Si eres consciente del momento que tienes y erez capaz de exprimirlo y disfrutarlo en todo su esplendor, desarrollarás la virtud de la simpleza. Las personas que aplican la simpleza son personas que no se ofuscan por situaciones inciertas que pertenecen a la ilusoria realidad del futuro. Estar plenamente arraigado al momento presente te permite ser tú mismo y mostrar tu autenticidad con un brillo resplandeciente.

5. Aléjate de la sofisticación

Aléjate de cualquier comportamiento, actitud o realidad que complique o enrevese las cosas. No permitas que la claridad y la simpleza que residen en tu interior se vean mermadas por pensamientos que empantanen y desvíen tu potencial hacia terrenos que nada tienen que ver con tu grandeza. En los pequeños detalles residen los grandes momentos, recuérdalo.

Seamos personas portadoras de claridad y simpleza a nuestro alrededor. Nuestra sociedad necesita una nueva visión acerca de lo verdaderamente relevante y cambiar los patrones con los que ha venido funcionando en los últimos tiempos. Las personas que han dejado huella en este mundo son personas que han aplicado con tremenda insistencia y perseverancia visiones simples pero poderosas. Lo sofisticado hastía pero la simpleza conmueve y perdura.

“Complicar las cosas es lo más fácil que hay. La simplicidad es el verdadero desafío”

- Robert James Waller

Os dejo una de mis últimas creaciones titulada el “Poder de la Gratitud”. La gratitud constituye la semilla de la verdadera felicidad. Una postura de agradecimiento nos abre la posibilidad de disfrutar y ser más auténticos con lo que nos rodea. Abramos nuestros corazones a este valor incalculable y compartámoslo con todos los demás.

¡Gracias! ;)

 


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