Revista Espiritualidad
EL PODER DE TOMARSE LAS MANOS
Sentado en la playa, un día de verano observaba cómo unos niños, jugaban en la arena. Estaban trabajando con esmero cerca del agua, en la construcción de un elaborado castillo con portones, torres y pasajes internos. Cuando estaban acabando con el proyecto, una gran ola vino y les derrumbó la construcción, reduciéndola a un montículo de arena mojada.
Pensé que estallarían en llanto, agobiados por lo que acababa de suceder en la obra que tanto trabajo les había costado. Pero me sorprendieron; en vez de eso, salieron corriendo alejándose del agua, riendo y tomados de la mano, volvieron a sentarse a construir otro castillo.
Me di cuenta que me habían enseñado una gran lección. Todas las cosas de nuestra vida, todas las estructuras complicadas sobre las que gastamos tanta energía y tiempo, están construidas sobre arena. Sólo nuestra relación con Dios y con otras personas perdurará. Tarde o temprano una ola puede llegar y tirar abajo lo que nos ha costado tanto construir. Cuando eso suceda, sólo los que tienen una mano a la qué aferrarse serán capaces de reír.
Harold Kushner