Revista Educación

El poder que no utilizamos

Por Siempreenmedio @Siempreblog

En el mundo animal la manada siempre actúa en beneficio del bien común. Amenaza un depredador y si son un número considerable de ejemplares son capaces de abalanzarse al de poderosos colmillos. Saben que algunos caerán, pero que el grupo sobrevivirá. Pese a que se presupone al ser humano más dado a la filosofía y el raciocinio, en ciertos aspectos los animales son mucho más trascendentes que nosotros, abocados en nuestra mayoría al “sálvese quien pueda”. Bien es verdad que hay tribus, de esas que decimos que no son civilizadas como nosotros, en las que los niños son hijos de todos, del pueblo, más allá de su padre y de su madre, cada uno se encarga de la educación y cuidado de los menores. Ése es el poder que no utilizamos los pueblos “civilizados”, el del grupo que, como si de un solo individuo se tratase, es capaz de dirigir sus pasos hacia un objetivo común. Mientras en Islandia, por ejemplo, el pueblo ha conseguido que dimita su primer ministro al aparecer vinculado a los ya famosos “papeles de Panamá”, en España seguimos de casa al trabajo (si tenemos esa suerte) sin más protesta a la vista que quejarnos del eterno problema del tráfico. Nuestro problema es que no usamos el poder de la comunidad y somos incapaces de ponernos de acuerdo ni para cambiar una bombilla. Al paso que vamos, donde una minoría domina de forma asombrosa a una mayoría que se rompe en mil pedazos individuales que no protestan ante despilfarro ni fraude alguno, no va a quedar tronco alguno al que agarrarse.

©CC0 Public Domain.

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