Revista Coaching

El por qué de la Superación Personal

Por Antonio J. Alonso Sampedro @AntonioJAlonso

Superación Personal

Quien no lea este artículo por considerar que es ajeno a todo eso de la Superación Personal, le pido confianza y generosidad pues puede que cambie de idea al llegar al final.

Si partimos de algo incuestionable como es eso de que quedarse como uno está evita esfuerzo y dificultad, parece difícil justificar la conveniencia de añadir más fatigas a las que la vida ya nos da. Eso mismo “piensan” los animales, ninguno da un paso de más y en su evolución así les va.

Pero la historia de la especie humana se caracteriza por millones de ejemplos de personas que apuestan por ir más allá sin ninguna seguridad de cuál será el resultado de ese actuar. De mujeres y hombres que no se contentan con detenerse y aceptar lo que la vida en cada momento les da, destinando gran parte de sus energías a una inversión ciega y sin garantía ninguna de retorno en forma de prosperidad. O ellos están locos o esto alguna justificación tendrá.

Por contestar (antes que a la justificación) a la posible locura de todos aquellos que se esfuerzan sin parar diré, sin dudar, que ellos son los únicos responsables del desarrollo humano y del bienestar que gozamos en la actualidad. Sin su contribución todavía estaríamos persiguiendo venados armados de óseos cayados y ataviados con peludas pieles que poco tienen que ver con la vestimenta actual. El hueso que en “2.001: Una odisea del espacio” (S. Kubrick-1968) arroja al cielo nuestro ancestro para convertirse en nave espacial tras escuchar el conocido Zaratustra de Richard Strauss, es la mejor elipsis cinematográfica de la historia sobre el progreso de la humanidad. Quien lo lanzó representó metafóricamente a todo aquel que no se conformó con solo cazar y buscó otra forma de vivir mejor, aunque para ello debiera cambiar.

La superación personal, para quienes la practican en su vida como línea de progreso existencial, no tiene mayor secreto justificativo que el que explican los dos motores básicos que tiran de cada cual: lo racional y lo emocional.

Lo racional, pues todo aquel que pretenda mejorar sabe que eso mayormente depende de él y no de la casualidad, cuya existencia nadie niega pero en una medida que normalmente no se torna decisional. Definir destinos y trazar caminos para llegar es la única fórmula demostrada de efectividad para avanzar. Lo racional justifica que apostemos hacia el futuro para lograr la superación personal.

Lo emocional también, pues no puede haber mayor satisfacción que la percibida cuando nos sentimos cada día mejor con nosotros mismos y con nuestro entorno relacional. Las impagables sensaciones vinculadas al proceso de luchar y de alcanzar no tienen igual, al premiar lo que según A. Maslow todos deseamos y es el reconocimiento propio y el de los demás, precisamente lo que nos lleva al sentimiento de autorrealización personal. Lo emocional genera los pagos en presente que ofrece la superación personal.

Marathon-15% es mi proyecto actual de superación personal y lo abordo desde la racionalidad de lo que es deportivamente muy exigente aunque posible y cabal, pero también desde la emocionalidad de sentirme ahora único en un reto que me puede llevar a establecer un primer record mundial a mi edad. Edad que no es una barrera para quien como yo, ya no quiere parar…

Saludos de Antonio J. Alonso


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