El PP traiciona a Almansa

Me he pasado unas cuantas semanas alejado del blog (cosas del trabajo y del poco tiempo que me va quedando para uso propio). Y ahora que decido volver a él,  me veo obligado a hacerlo bajo este titular: EL PARTIDO POPULAR HA TRAICIONADO A ALMANSA (incluido su colorcito azul de gaviota). Lo veníamos intuyendo y anunciando: el Hospital General de Almansa corre peligro. Y la crónica de esta muerte anunciada acaba de hacerse realidad, la Presidenta Cospedal ya ha anunciado la privatización de nuestro Hospital. Y hablo de traición porque traición es tirar a la basura 25 años de lucha y reivindicación de toda una ciudad. Porque traición es mentir y engañar a los almanseños conscientemente, asegurando que esto jamás iba a ocurrir. Porque traición es convertirnos en ciudadanos de segunda. Porque traición es anteponer los intereses políticos y privados  a los públicos y generales. Traición, traición y traición.
Y si la ejecutora de la traición es la Sra. Cospedal, colaboradores necesarios han sido todos y cada uno de los miembros del PP almanseño que la han aplaudido hasta hacerse daño en las manos, con el Sr. Núñez a la cabeza, alcalde por rebote de un Ayuntamiento que ha mentido descaradamente a sus vecinos. Hace unos días, en plena campaña electoral, la Sra. Cospedal visitó Almansa de forma pretendidamente "institucional", aunque en realidad pasó sólo para recoger algunos votos. Pero hoy ya sabemos a lo que vino realmente: a reírse de nosotros, a llamarnos tontos y memos en nuestras narices mientras paseaba sonriente por nuestras calles pensando: "Si supierais la que os tengo preparada...". El más importante logro social obtenido por el conjunto de la ciudadanía almanseña en décadas, lo ha mandado al carajo la Sra. Cospedal con la connivencia de sus compañeros peperos almanseños.
Dice que no pasa nada, que los usuarios no van a notar nada. Pero, al mismo tiempo, dice que nuestro Hospital es, económicamente, inviable. En ambas afirmaciones miente. En cualquier caso, si la estupenda prestación que hasta el día de hoy se nos ofrece no se puede mantener, ¿a costa de qué va a venir el capital privado a salvarnos? Porque las empresas privadas existen, básicamente, para ganar dinero. Y si el nivel de asistencia actual provoca pérdidas, la solución es sencilla: menos prestaciones, menos calidad, menos personal, menos atención. Es fácil. Y decenas de ejemplos podemos encontrar en las redes sanitarias madrileña o valenciana, gestionadas con el modelo público-privado que ahora se nos impone.
A los traidores los termina enjuiciando la historia. Desgraciadamente, mientras tanto, a los ciudadanos que construimos el día a día nos toca sufrir la risa y el desprecio de quienes conviven con nosotros, nos traicionan y no se ruborizan al mirarnos a la cara.