Revista Cine

El Premio, México 2010

Publicado el 13 enero 2012 por Cineinvisible @cineinvisib

Una playa oscura, gris y llena de indefinidos presagios. Un viento que la barre con rabia para borrarla del recuerdo. Un punto en el horizonte. Minúsculo. Insignificante. Una ausencia de luz, entre pesadilla y nostalgia, cubre la arena, ciega al viento e impide cualquier atisbo de esperanza. El punto se ha convertido en una delgada línea que se aproxima a duras penas. Se adivina en su movimiento una persona que intenta luchar contra el viento sin ganarle la guerra. ¿Alguien, siquiera una vez, ha ganado una batalla a la naturaleza?

La línea, que se acerca vacilante, se ha transformado en una triste princesa de un cuento sin alas. Una niña, inclinada contra la tormenta, arrastra sus pies al borde del agua enfurecida. No avanza pero en su intento pone todas las energías que la infancia invierte en sus sueños. No puede avanzar porque nadie le ha dicho que muchos de sus deseos no se cumplirán. Y el primero de ellos es que no se puede patinar sobre la arena porque una playa está formada por una infinidad de granos, que como sus recuerdos cuando sea una mujer adulta, intentarán siempre impedirle avanzar. Su infancia acaba de finalizar y la película de empezar.

Paula Markovitch, argentina de nacimiento, con experiencia como autora en Take Tahoe (2007), se entrena como realizadora con esta sublime historia. Arropada por un conjunto de impresionantes actrices, Paula Galinelli Hertzog, Sharn Herrera o, la impagable profesora, Viviana Suraniti, y partiendo de su autobiografía ha concebido esta drama de los años 70 bajo la dictadura argentina.

La niña y su madre viven escondidas en el último lugar que a alguien se le ocurriría buscar disidentes. Bajo una insistencia maternal de no desvelar bajo ningún concepto su identidad, la niña impone su voluntad de ir al colegio y allí se esfuerza en mentir de la manera que le han enseñado a hacerlo durante meses.

Una fotografía sublime acompaña esta tierra de nadie en la que la niña intenta vivir su infancia y los miedos de su madre se crecen día a día. En un suspense perfectamente establecido se llega a su punto álgido en el momento en que la maestra les pide a sus alumnas una redacción sobre la importancia del ejército nacional.

Como si su título fuese una premonición, la película ha conseguido imponerse, con toda justicia, en los festivales de medio mundo: Berlín, Guadalajara, Lima, La Habana… Un estreno prometedor de una directora que sabe combinar poesía visual con una sólida historia en un inteligente suspense. Queremos más…


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