Revista España

El preso más insólito que jamás tuvo Madrid

Por Manugme81 @SecretosdeMadri

Imaginaos, a lo largo de todos estos siglos, los muy variopintos y diferentes tipos de presos que han ido desfilando por las distintas cárceles de la Madrid. Desde temerosos inocentes a seres de lo más peligroso, pasando por el más variado abanico y paleta de la naturaleza humana. Sin embargo, ninguno tan extravagante, curioso (y creo que a la vez más inofensivo) que el que protagoniza este secreto...¡ Una bola de piedra!

Intuyo que ya os estaréis preguntando qué hizo la pobre bola para ser apartada de la sociedad y sentirse como un reo más, acusada y condenada. Para ello nos toca retroceder hasta el Siglo XVIII. Junto al Puente de Segovia, el más antiguo de Madrid, correteaban y jugaban un grupo de niños. Todo transcurría con normalidad hasta que el cielo empezó a volverse gris y áspero y se despertó un vendaval...Si tenéis el Puente de Segovia en mente seguro que estáis visualizando todas esas robustas esferas de piedra que adornan sus dos laterales. Ahora es amigos, cuando viene la desgracia...

No se sabe si sólo por culpa del viento o porque una de las bolas no estaba bien sujeta a la base, resulta que una de estos adornos de forma circular, se desprendió del puente y cayó encima de uno de los mozos que se divertían de modo inocente. El impacto le causó al chaval la muerte inmediata.

El preso más insólito que jamás tuvo Madrid

Como castigo, esta bola asesina fue confinada al patio de la Casa del Verdugo, junto a la Cárcel de la Corte. Un exilio que duró unos cuantos años y que, según nos cuenta Pedro de Répide no era algo tan extraordinario ya que era relativamente común castigar " a las bestias y a los objetos inanimados que causaban algún mal ". Lo dicho, un preso de lo más singular y extraño, al menos no le crearía demasiados problemas a sus vigilantes...

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