Los guías turísticos, oficiales, asistentes o como queramos llamarlos en sus múltiples variantes según el servicio que se realice, tiene en Andalucía un origen como menos curioso e interesante. Podríamos decir que en Málaga se da el comienzo de los guías turísticos.
La historia comienza con unos personajes llamados los "pimpis", quizás a voz de pronto no les suene, pero si hablamos del restaurante el "Pimpi" conocido mundialmente por su gastronomía y punto de encuentro de la cultura malagueña, seguro que algo más os sonará. Si no es así, empecemos de nuevo.
Tiempo atrás, en el puerto de Málaga atracaban los barcos mercantes, al llegar a puerto existían unos personajes llamados "pimpis" eran los encargados de hacer todo tipo de recados para los turistas; llevar las maletas, llevar clientes a prostíbulos, conseguir entradas de espectáculos,etc. Pero la función por la que eran muy conocidos era la de mostrar al turista la ciudad de Málaga. Por pocas monedas, llevaban a los turistas a los lugares más importante de la ciudad, incluso acompañaban al cliente a realizar lo que sería hoy el "check-in" en las posadas.
Poco a quedado ya de esa historia salvo las que la sabiduría popular ha ido pasando de generación por pescadores. Lo único que nos queda hoy es el nombre que le da al magnífico restaurante de el "Pimpi". Sus propietarios, al llegar a Málaga en los años 70 decidieron mantener el nombre que ya tenía cuando era la discoteca de la ciudad.
Cuánto ha cambiado desde entonces !. Sin embargo, me paro a pensar en una cuestión importante, hoy día se habla mucho de la situación en la que se encuentran los guías turísticos, pero, ¿qué es ser guía?. ¿contar historias?, ¿contar anécdotas?, ¿mostrar un recurso?. Quizás los guías debamos tener más ese punto de "pimpi".
¿y tu, eres pimpi cuando llega algún amigo o familiar a tu ciudad?
Fuente: sabiduría popular
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