Revista Cultura y Ocio

El primer western

Por Jesús Marcial Grande Gutiérrez

La idea me rondaba en la cabeza hace tiempo. Mi pasión por las películas del Oeste (Western, en inglés innecesario) me hacía pensar en escribir un pequeño guión sobre el Primer Western. El histórico primer western en Norteamérica. Una gesta real y documentada que ocurrió en el siglo XVI.
Los españoles en Florida, entre ellos Cabeza de Vaca como el más destacado, fueron los primeros europeos que tomaron contacto con las tribus indias. Ya estaban allí algunas de las claves del western: Indios, praderas, caballos, amplios horizontes, soledad, el choque de culturas, la convivencia con las tribus indígenes, la lejanía o ausencia de la ley, la avaricia (El mito de las siete ciudades de Cíbola), el armamento asimétrico, los pioneros... Podría imaginarme la apertura (antiguos dibujos de indios y carabelas, los créditos (en preciosa letra gótica), la música (la de Vangelis: "Conquest of Paradise",es perfecta), planos de antigua cartograrfía con una línea roja abriéndose camino en viejo pergamino, viejos manuscritos, miniaturas de batallas, grabados de conquistadores náufragos y prisioneros, los inmensos paisajes de los Estados de Sur y de Méjico, Río  Grande, Cuba...   La película terminaría con un fundido en negro con apertura en un monasterio sevillano. Meditando y cultivando un pequeño huerto encontramos al padre Núñez recordando su vida...
En 1527, el español Alvar Núñez Cabeza de Vaca, partió de la Bahía de Tampa en Florida y recorrió 11.000 kilómetros a pie, hasta el actual México. En el camino atravesó ocho de los actuales Estados Unidos de Norteamérica: Florida, Alabama, Misisipi, Luisiana, Texas, Nuevo México, Arizona y California (¿Hay quién de más en situación espacial para una peli?¿Acaso tendremos problemas con las localizaciones?). De los 300 hombres que partieron de Florida, tan sólo cuatro: Cabeza de Vaca, Alonso del Castillo, Andrés Dorantes, y "El Estebanico" (un negro converso al que trataba como a un hermano); lograron sobrevivir (¿Se necesita una gesta mayor? ¿No resiste y supera incluso la comparación con el trágico exterminio de 268 soldados en la célebre batalla de Little Big Horn?).
Las peripecias de este explorador sevillano no tienen parangón: Nació en una familia de hidalgos apenas unos años antes del descubrimiento de América en fecha no precisa entre 1488 y 1490. Sus ancestros lucharon en la batalla de las Navas de Tolosa y él mismo participó como soldado en la liga Santa en 1511 contra Francia, luchando también contra Italia (participó en la batalla de La Rávena). Llegó a ser correo de confianza del Gran Duque de Medina Sidonia, participó en la toma de Tordesillas y la batalla de Villalar contra los Comuneros en España.
En 1527 parte como tesorero a las órdenes de Pánfilo de Narváez con 600 hombres. Las tropas fueron diezmados por las deserciones, las tormentas, los naufragios, ataques de indios con flechas envenenadas... De la numerosa expedición quedaron sólo cuatro supervivientes. Él, tras ser capturado, fue entregado como esclavo a un chamán al que sirvió y del que aprendió el oficio y las costumbres nativas, aceptado por innumerables tribus, cirujano (autor de la primera operación datada de la historia a corazón abierto) y sanador popular entre los indios, comerciante en conchas, pieles, flechas, esteras...
Fue además un escritor de éxito y, como un Marco Polo americano, puede considerarse el primer historiador oficial de EEUU con su crónica "Naufragios" donde relata las aventuras de su larga exploración. Sus siete años viviendo como indígena hacen de él la fuente histórica y etnológica más notable de varios estados del sur que dedican numerosos capítulos de su historia a sus expedicones y experiencias. El libro fue publicado en 1592, en Zamora.
Por si fuera poco, y no respondiendo al estereotipo que se tiene de los conquistadores españoles (manipulado muchas veces por la Leyenda Negra antiespañola), demostró auténtico respeto  por los indígenas y gentes de otras razas (Los afroamericanos le reconocen el trato dado a Estebanito, su amigo negro y la primera persona de color en el continente superviviente como él;  era reconocido como un hermano). Demostró ser un hábil negociador, y en su biografía destaca la ausencia de hechos sangrientos. El hecho de no haber matado a nadie ni cometer tropelías destacables, hacen de él una rara avis que llega a la fama sin necesidad de méritos de sangre. En un intento de defensa de la legalidad, en este caso las Leyes de Indias que protegían a los indígenas y que son el origen de los actuales Derechos Humanos, se enfrentó a los abusos y la corrupción local de sus compañeros de armas,lo que provocó una revuelta contra él de éstos descontentos por sus miramientos con los indígenas. Por este motivo fue acusado ante el Consejo de Indias que lo desterró a Orán en 1545.
Sus últimos años son una incógnita, aunque parece documentado que murió en Sevilla el 27 de mayo de 1559. Aunque no consta oficialmente parece ser que pudo haber tomado los hábitos y acabar sus días entre el silencio de un monasterio.

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