El problema de la generación Nirvana
Revista Cultura y Ocio
El problema de la generación Nirvana, en la que me
incluyo, es que vivimos una época de tremenda confusión de la que aún quedan
largos cortinajes borrosos. El grupo de música Nirvana lo expresó, expresó ese
dolor y esa pérdida de no se sabe muy bien qué. Y la rabia. Aunque, pasado el
tiempo, me pregunto que soluciones pusimos sobre la mesa los de la generación
Nirvana (un término que me acabo de sacar de la chistera y no sé si existe
previamente). ¿Pusimos alguna? ¿Quisimos cambiar el mundo en algo, mejorarlo,
hacerlo más justo? ¿Quizá no hicimos nada más allá del amago de rebeldía? ¿Qué
utopías nos guiaban? ¿Hicimos tan poquita cosa? Creo que sí. Ahora que empieza
a ser tarde estamos empezando tímidamente a dejar la confusión atrás y a
construir algo. Todo esto no son más que vaguedades, lo sé, intuiciones tomadas
al vuelo. ¿Realmente algo está cambiando? ¿Es tarde? El tópico aburrido de que
nunca es tarde es cierto. Todo esto lo digo porque estaba escuchando ahora el
disco de Nirvana que, pasado el sedal de los años, más me gusta, el unplugged. ¡Ah!
where did you sleep last night, gran
tema que no era de Nirvana, era una canción Folk anónima del siglo XIX.