Revista Espiritualidad

EL PROBLEMA DEL CREDITO (y II)

Por Joanillo @silosenovendo

EL PROBLEMA DEL CREDITO (y II)Y dicho lo de ayer, ¿qué pueden hacer las empresas para acceder el crédito? No tengo soluciones mágicas, ya se lo anticipo, pero sí alguna sugerencia que les puede ayudar a conseguirlo. Vamos a ello.

ANTECEDENTES

Venimos de la época del “lléveselo puesto” y las empresas se acostumbraron a la facilidad de trámites para conseguir financiación. Recordemos que la Banca es una entidad con ánimo de lucro que vive del préstamo, es decir, su tarea es prestar dinero a cambio de una remuneración determinada. Para invertir en un proyecto necesitan garantías de que van a poder recuperar el dinero prestado.

Desde mi perspectiva, lo que cambió realmente de un tiempo a esta parte es el asunto de las garantías y no tanto la intención de prestar dinero. Los bancos sí siguen queriendo dar crédito (viven de ello), pero ahora son más “exquisitos” y exigentes a la hora de asegurarse que van a recuperar lo prestado. ¡¡Es en este punto en el que tienen que trabajar las empresas que quieran acceder al crédito!!

¿CÓMO HACERLO?

Desde luego ya no valen las mismas maneras que antes. Si uno pide un crédito hipotecario, es la propia casa comprada la que sirve de aval para la devolución. Del mismo modo, si uno pide un crédito para una empresa son los resultados esperados futuros los que deben avalar su devolución. En la tesitura de abundancia anterior, cualquier “papelito” mediamente coherente era suficiente para que nos aprobaran la financiación. Servía, por ejemplo,  con bajar un plan de empresa “estándar” de internet, cambiarle cuatro cosas y listo. O podíamos encargarlo a una gestoría que en un plis-plas nos presentaba un basto documento listo para llevar a la entidad financiera.

Lo que no podemos hacer ahora que los bancos están endeudados hasta las cejas y los morosos afloran como setas en otoño, es pretender que se crean la viabilidad de nuestra empresa presentando esos mismos documentos “todo a cien”. Hay que tomarse en serio el realizar un plan de empresa sólido, coherente y creíble. ¡¡Muy en serio!!

No estamos en momentos de poner cifras deslumbrantes en nuestro plan de ingresos: no es creíble aumentar las ventas un 40% de un año para otro en una empresa que ya está rodada. Tampoco es el momento de pedir cualquier cifra de capital que necesitemos: debe hacer una cierta precaución en el endeudamiento externo, de tal modo que es demasiado “infantil” creer que un banco nos va a dar el 80% ó el 90% de la financiación necesaria si nosotros solo ponemos el resto. Si no demostramos que nosotros somos capaces de invertir en nuestro proyecto, ¿cómo pretendemos que nos crean los de afuera?

LA SOLUCIÓN

Tal y como he explicado, a día de hoy es preciso sentarse muchas horas delante de unos papeles y reflexionar profundamente sobre nuestro proyecto empresarial. El resultado que perseguimos obtener es fácil de entender si nos ponemos en la piel del financiador: ¿qué nos tienen que contar para que nosotros prestemos nuestro dinero a un tercero? Respuesta: nos tienen que presentar un proyecto ilusionante, bien estructurado y meditado, con un claro y preciso estudio que justifique las cifras incorporadas, con coherencia y lógica, con unos números razonables y sensatos… Solamente así tendríamos las garantías que necesitamos para invertir nuestro capital.

Y realizado esto, ya solo queda patear calle y tener paciencia. Es muy probable que los primeros bancos nos lo rechacen; las cosas no están fáciles, hay que asumirlo. Pero si nuestro plan de negocio responde a los requisitos arriba explicitados, tarde o temprano aparecerá alguien que sí crea en la viabilidad de la idea y nos preste la financiación que buscamos. Desde luego, las probabilidades de que esto ocurra aumentan en la misma proporción que lo haga la solidez de los papelitos que presentamos, eso ténganlo claro.

Y finalizo con una maldad; lo más probable es que su “banco de siempre” sea el primero en decirles que NO. Ellos ya le tienen como cliente (las nóminas, los recibos…). Pero déjenles muy claro una cosa: quien apruebe la financiación se lleva todo el negocio. Va a ser así porque la nueva entidad se lo va a exigir, pero es bueno que también le hagan saber a la antigua lo que se pierde, por si acaso.

Un abrazo y mucha suerte.

Firma SBS


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