Revista Política

El PSC ya no tiene quien le escriba

Publicado el 15 agosto 2010 por Joaquim
El PSC  ya no tiene quien le escriba
"Los intelectuales se alejan del PSC", titula hoy la edición de Barcelona de El País una información acerca de las relaciones entre la intelectualidad de izquierdas catalana y el que antaño fuera su partido de referencia. Dice el diario madrileño que hasta la propia dirección catalana admite que los intelectuales catalanes "han tomado distancia" con su partido, y ello en el momento en el que el partido afronta un "Estatuto mutilado y unos sondeos que vaticinan los peores resultados de su historia". Dice El País, en fin, que el principal reproche de los intelectuales al PSC es "no tener proyecto de futuro más allá de la gestión diaria y de no haber dado con el punto de firmeza en sus relaciones con el PSOE".
Uno, en su modestia de militante socialista catalán de hace décadas y que ha procurado mantenerse fiel a sus principios antes que atender a otras cuestiones, se siente muy reconfortado leyendo esto; parece que mis opiniones no son exclusivas, y ello me alegra profundamente. Lo de la "falta de firmeza en las relaciones con el PSOE" viene de antiguo, y quizá su punto de no retorno fueron la LOAPA y la renuncia al grupo parlamentario propio, todo ello ocurrido en los tiempos precisamente en que el sector nacionalista del partido (obiolista, se decía entonces) dirigía con puño de hierro el partido catalán; es pues un asunto tan viejo y consolidado, que difícilmente tendrá remedio. El carecer de proyecto político es otro cantar, y ahí si vale la pena entrar a analizar en detalle qué ha pasado y cómo es posible haber llegado a este grado de miseria política.

Según El País, el analista y filósofo Josep Ramoneda apunta: "El PSC no ha creado un clima favorable de complicidad con los intelectuales. Le han quitado el alma al partido. Y cuando se la quitas, se desinfla. Parece que se dedica a la gestión de las cosas y la política es más que eso". Efectivamente, el partido carece de alma, es decir, de identidad política. Hoy el PSC no es más que una máquina de fabricar y cooptar cuadros y dirigentes jóvenes y serviles hacia las instituciones públicas, todos a la caza de una posición social y un sueldo substancioso. Sostiene Ramoneda que el momento en el que "el PSC se quedó sin proyecto ideológico" fue la marcha /defenestración de Pasqual Maragall"; a mi juicio la cosa venía de mucho antes, pero no vamos a discutir ahora por eso. Prosigue Ramoneda: "Con el PSC nunca se sabe muy bien qué. Hace demasiado tiempo que actúa pero no piensa. Es una versión muy radical del pragmatismo". Una forma elegante de decir que se trata de un partido carente de valores y referencias que no sean las de la pura gestión desnudada de toda connotación que no sea un vago "buenismo progresista", tan caro a las nuevas generaciones de dirigentes ¿socialistas?. Este es el verdadero nervio del asunto.

El artículo cita otros intelectuales, como Ferran Mascarell, Rubert de Ventós e incluso el mismo Antoni Castells, actual conseller de Economía de la Generalitat (al que un servidor no acaba de ver precisamente como un "intelectual" de izquierdas en el sentido clásico y ni siquiera como un intelectual a secas, sino más bien como un tecnócrata de un extremismo pragmatista que asusta por sus connotaciones simplonamente neoliberales), cada cual con sus preocupaciones y/o obsesiones en relación con el PSC (la falta de discurso propio del partido sobre el país, su incapacidad para hacer avanzar el federalismo, su asombro paralizado ante el crecimiento del independentismo...). Son batallas más o menos particulares ante lo que es una realidad global, abrumadora y patética: el PSC carece de ideología. Es más, tener ideología (de izquierdas, se supone) está mal visto en el PSC de hoy, y conduce directamente al ostracismo político. En este contexto no es extraño que la dirección del partido reconozca carecer (por haberlos perdido) de lo que con cierta chulería despreciativa su portavoz en el artículo llama "intelectuales de guardia", y que con la misma suficiencia irresponsable se ufane de que hoy los partidos no estén "secuestrados por guardias pretorianas o escuelas de pensamiento". Pues esta es la gente que dirige el partido hoy, así piensan (es un decir).

Al final del artículo, un funcionario del partido que se ocupa de esas cuestiones al parecer tan abstrusas que tienen que ver con la(s) ideologías(s), reconoce que "no hay un grueso de intelectuales que dé apoyo al partido. El PSC no tiene quién le escriba", resume parafraseando el título de la novela de García Márquez. Al menos, parece que dentro de la estructura de poder del PSC hay quien lo tiene claro; otra cosa es que les importe lo más mínimo.

En la imagen, elementos de publicidad política del PSC usados en una campaña electoral en 2008: el argumentario político reducido a globos, caramelos y una sonrisa estereotipada en un rostro retocado digitalmente.



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