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El Ratón Pérez es un ratón de laboratorio

Publicado el 31 diciembre 2010 por Ana Laura
Anoche me reconcilié totalmente con la Navidad. Por favor no me digan incoherente, porque seguramente cuando les explique por qué me van a entender (aunque siguen sin gustarme los villancicos, las decoraciones y los especiales navideños).
Elisa festejó fin de año invitando amigas a un pijama party tecnológico (le digo pijama party tecnológico porque gran parte de la noche se la pasaron cada una con su netbook chateando con amigos, ¡e incluso entre ellas! Increíble.) Por este motivo, Alessandra fue totalmente exiliada del dormitorio de su hermana y tuvo que venir al mío en busca de calor humano.
A mí me encantan esos momentos en la cama con mis hijas, debe haber algo en la oscuridad, la posición y el calorcito compartido que las remonta a espacios uterinos y les afloja la lengua, porque es donde he disfrutado de las mejores conversaciones con ellas. Impagables algunas.
Así es que, después de quejarse amargamente de las injusticias de la vida –como que ella tenga 9 años, su hermana y sus amigas 15, y que por lo tanto no le permitan compartir espacios – Alessa me salió con el siguiente diálogo:
“Me siento observada. Siempre me están observando.”
“Claro que siempre te están observando, mamá y papá te observan, porque te cuidan, así sabemos dónde estás y cómo.”
“No, no,” me dice. “No por ustedes; me siento observada por Papá Noel. Siempre está mirando si me porto bien o mal; me siento observada.”
Conteniéndome para no reírme, puesto que el tono de voz y el asunto eran muy serios, le respondí que sí, que eso era lo que tenía Papá Noel, pero que bueno, también le dejaba regalos, así que valía la pena. Con eso tuvo que estar de acuerdo, pero después siguió:
“Es que también me observan los reyes magos, y esos son tres. Hay un montón de gente mirando. Decime, mamá, ¿hay alguien más que me observe?”
Yo pensé un poquito y le dije: “está el Ratón Pérez, ese te observa para saber cuándo perdés los dientes y poder dejarte plata.”
Ella asintió en la oscuridad y se quedó callada unos segundos. “Para mí que el Ratón Pérez es un ratón de laboratorio. De esos de los experimentos, por eso habla.”
El Ratón Pérez es un ratón de laboratorio
“Ah sí, es probable,” le contesté, y no se imaginan el trabajo que me dio que esa respuesta sonara lo suficientemente seria. Evidentemente mi hija ve demasiada televisión -y yo también porque ya me estaba imaginando un Ratón Pérez blanco y cabezón, como una mezcla uruguaya de Pinky y Cerebro.
“El Ratón Pérez, Papá Noel, los Reyes Magos… “enumeró ella, y le veía la silueta de sus deditos mientras contaba. “Son cinco… ¡Cuántos seres mágicos hay en el mundo! ¿Verdad, mamá?”
¿Cómo no voy a amar la Navidad –o su magia, al menos– después de eso? ¡Que siga habiendo 'seres mágicos' por un buen rato!
EriSada

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