Revista Humor

El reencuentro, un relato de amor

Por Déborah F. Muñoz @DeborahFMu

Otra vez lanzo los dados (desastre de vídeo) y comparto el relato corto que ha salido como resultado del reto de escritura creativa:

El reencuentro

El reencuentro, un relato de amor

Era un día hermoso, uno de esos en los que se supone que todo el mundo debe estar alegre. Sin embargo, Mario no podía estarlo: su padre estaba entre la vida y la muerte, y a él todavía le quedaban varias horas de autobús hasta llegar a su lado. Solo deseaba llegar a tiempo para hablar con él una última vez, pero su deseo no le fue concedido, ya que a mitad de camino recibió la llamada para confirmarle su fallecimiento. Por primera vez en mucho tiempo, rompió a llorar en público, sin parar hasta que el cansancio le venció y se quedó dormido en su asiento.
No esperaba a nadie en la estación de autobuses, pero allí estaba Mayte, la vecina de sus padres y la mujer a la que había amado, pero a la que también había abandonado para buscar oportunidades en la gran ciudad. Él no quiso quedarse, ella no quiso acompañarle y su relación se había roto así, sin más, sin un cierre definitivo. Nunca había logrado olvidarla, y allí estaba, dándole un abrazo que, si bien no acabó con su pena, sí la hizo algo más ligera.
Se preguntaba si había encontrado a alguien, si le guardaba rencor, pero ella no le dejó entrar en lo personal y, cada vez que intentaba sondearla, o expresar lo que todavía sentía por ella, la joven cambiaba de tema y le hablaba de los últimos momentos de su padre o de las novedades del pueblo. Así siguieron el resto del día: ella se mantuvo a su lado físicamente, pero sin salir de los límites de una conversación superficial ni entrar en todo lo que había pendiente entre ellos.
No obstante, tenerla a su lado era todo lo que necesitaba y, cuando ambos se iban a despedir para irse a dormir tras un funeral agotador, él supo que nunca más podría separarse de ella. Ni siquiera pensó en el prometedor trabajo que había conseguido recientemente, ni en la vida a la que renunciaría si se quedaba en el pueblo. Antes de que Mayte se metiera en su casa, le dijo que estaba dispuesto a todo para recuperarla, que no vendería la pequeña tienda de ultramarinos que había heredado, sino que se quedaría allí para regentarla y formar una vida juntos... si ella le aceptaba.
Mayte se echó a sus brazos. Ya casi había renunciado a esperarle, de hecho, hacía poco había decidido que, aunque siguiera amándole, iba a empezar a buscar pareja. Le había hecho mucho daño que se marchara sin mirar atrás pero, mientras Mario la besaba con desesperación, supo que, si él no se hubiera marchado, hubiera vivido toda su vida preguntándose cómo habría sido su vida si lo hubiera hecho. Ahora que lo sabía, pero aun así la había elegido, podrían ser felices sin esa sombra.

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Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia


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