Revista Coaching

EL REENCUENTRO… (y IV)

Por Mbbp

 

El reencuentro (y IV)

Continuación…

Hoy, para mí, cada nuevo amor nace, crece y nunca muere. Por lo profundo de la relación y porque está mi Alma en juego, cada persona a las que amo se convierte en un paso más hacia el amor de verdad. Forman parte de mí y de mi historia más relevante. No hay superficialidades, ni tiempos muertos, ni temporalidad en mis actuales relaciones, como tampoco hay soledad para evitar. Y supongo que será humano pensar y sentir que la última relación, la actual, no es más que la culminación de todas las anteriores, la más auténtica y, sin duda, la que más me ayuda a crecer, ahora! O tal vez se trate de una fantasía más, porque necesito hacer trascendente todo lo que pienso, siento y vivo, cada vez más y en todo momento! La verdad es que hoy siento mi amor como si estuviera preparado a morir por él o por la persona que amo. Y eso que me resultaba absurdo de algunos poemas, películas y novelas de amor, hoy lo siento como veraz, necesario y comprensible, para mi corazón. Creo que hoy no puedo vivir de otra manera!

Sí, muchos piensan que soy el último romántico en este mundo. Es posible que no se equivoquen o que simplemente sea de los pocos románticos que lo manifiestan abiertamente! Mi único mérito en este sentido es estar orgulloso de serlo o de sentirme así, en vez de considerarlo una debilidad, en un mundo loco en que sentir es demasiadas veces sentirte vulnerable. Para sentirte así hay que aceptar la fragilidad y la vulnerabilidad, porque eso significa que eres sensible ¿y qué es el amor, sino sensibilidad? Un corazón abierto sin miedo produce fortaleza y, a la vez, sensibilidad hacia todo lo que genera emociones, ya sea la persona amada, su vida y la tuya y todo lo que hay alrededor, ya sea el resto de la Humanidad o la Naturaleza que nos envuelve. Eso y no otra cosa es el amor de verdad. Seguramente poco que ver con ese otro amor artificial, exclusivo y perecedero que muchos viven como amor y que solo intenta evitar la soledad, el mayor y más preciado tesoro que podemos compartir con amor verdadero y que crea momentos inolvidables de felicidad, compartida.

 


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