Revista Cultura y Ocio

El reino de los huesos. Stephen Gallagher

Publicado el 26 octubre 2011 por Carmina
El reino de los huesos. Stephen Gallagher
Cuando Laky propuso este libro para la lectura conjunta, no me lo pense dos veces, la sinopsis que había puesto y que supongo que es la de la editorial, me llamaba tanto la atención que supe que sin duda era un libro hecho a mi medida. Un libro de intriga y misterio ambientado en el Londres del s. XIX, no se podía pedir más.
Resulté agraciada en el sorteo que organizó y así pude participar en la lectura. Como no podía ser de otra forma, empezó con mucha aventura el día que me llegó el libro a casa a nombre del blog. Imaginaros al pobre mensajero diciendo por el telefonillo que tenía un paquete para De tinta en vena. La verdad es que me pilló en la ducha y mandé a mi marido a recogerlo al patio, y me perdí ver la cara del repartidor, que seguro era una poema.
Me descolocó y bastante ver que la editorial lo había encuadrado dentro de su sección histórica y empecé a plantearme si esa sinopsis no era un cebo para atraer al lector a un libro que nada tenía que ver con ella. Con estos prolegomenos debo reconocer que empecé a leer con bastantes prejuicios sin saber muy bien que me iba a encontrar.
A pesar de todo el libro me enganchó casi desde el principio, plantea una situación que te mantiene en tensión, como un secreto que rodea al detective de Pinkerton, Sebastian Becker, algo de su pasado vuelve para rendirle cuentas. La novela comienza en Filadelfia en 1903, situando a los personajes y ofreciendo un fresco muy bueno de la época. Con la entrada de Tom Sayers en escena, la novela da un vuelco, para pasar a desarrollarse en flash back, cuando este le cuenta lo que ocurrió 15 años atrás en Inglaterra, y se va mezclando con retazos del presente y del pasado en cuanto termina de contárselo.
En medio de este flash back es donde me quedé más que descolocada con la entrada de un personaje sobrenatural, el errabundo, un ser maligno que bien podría ser el demonio que habita en las personas que aceptan su pacto. La forma en que este ente pasa de un ser a otro me ha parecido un poco pillada por los pelos, no me ha convencido, el hecho de que los obligue a actuar de una determinada forma y que haya quien pueda un poco resistirse a su poder tampoco. No me ha llegado para nada esta parte, y en torno a ella termina girando toda la novela.
Sin embargo esto puede mitigarse con la soberbia ambientación histórica. La forma de narrar de este autor te lleva a las calles del Londres de finales del XIX . La niebla, la oscuridad, el hedor en las calles casi es palpable y te envuelve conforme avanza la lectura. Otra cosa que me ha entusiasmado es que se muestra el mundo del teatro itinerante. El protagonista Tom Sayers hasta que todo se precipita es el administrador de una compañia de teatro modesta, hay una parte de la historia que se desarrolla entre bambalinas, tramoyas, cómicos, actores, vestuarios, caracterizaciones, representaciones y el cambio de una ciudad a otra. La riqueza literaria del siglo XIX en Inglaterra queda plasmada en esta novela de una forma plausible.
Un golpe de efecto interesante me ha parecido la introducción de Bram Stocker como personaje de la misma. Este es el administrador de una compañia de teatro más importe, la mano derecha de Henry Irving y la persona que se mantendrá al lado de Sayers cuando todo se precipite y sea acusado de una serie de crimenes que coinciden con la estancia de su compañia en las ciudades en las que se han producido. Sayers sospecha que una fuerza maligna se esconde en su compañia y todo apunta a que este no es otro que el galán de la compañia, James Caspar, que goza de la protección de Witlock y del amor de Louise Porter, la mujer de la que él esta enamorado.
A partir del momento de la acusación comienza una alocada carrera por salvarse de la horca y al mismo tiempo por salvar el alma de la mujer a la que ama. No pinta mal el argumento si no fuera porque esta fuerza maligna es sobrenatural y lo deja bien patente en varios momentos de la novela y por la obsesión del protagonista que llega un momento en que te cansa. Debido a la obsesión que rige su vida por el camino deja en la estacada a personas que le han ayudado, pone en peligro sus vidas y sus futuros económicos, no atiende a razones y abusa de la confianza de quienes le tienden una mano. Todo para salvar a una persona que no desea ser ayudada, una persona que le rechaza una y otra vez y que no duda en tratar de acabar con él cada vez que se le acerca.
El final también me ha parecido un poco enigmatico, con esa tumba que realmente existe y esa visita que no acaba de aclarar de quien se trata, eso o yo me he perdido algo, o igual se intenta aprovechar el filón para hacer una segunda parte.
A pesar de que el tema del errabundo no me ha convencido en absoluto debo decir que hay una cosa que si me ha gustado y es que al principio de la novela parece que este se ceba en la gente pobre, gente que nadie va a reclamar y que en muchas ocasiones su desaparición puede pasar desapercibida. Al cambiar de cuerpo este comienza a cebarse en la gente rica, en aquella despreocupada que sólo busca el placer y el goce, el errabundo cambia de táctica, al mismo tiempo que el autor nos hace ver que la gente pobre ya tiene su propio demonio personal día a día, la mayoría de las veces constituido por el hambre, la soledad, el alcohol y la necesidad de desempeñar trabajos que no gustan, como es el caso de la prostituta que Sayers encuentra en el callejon.
Como thriller mantiene la expectación del lector, es una novela trepidante, fácil de leer que te va llevando de la mano de una obsesión a la búsqueda de la perdición, como novela história ambienta perfectamente la sociedad inglesa del s. XIX y tambien el contraste con la americana ya que el presente por decirlo de esta forma se desarrolla en este continente, y en distintas ciudades, puesto que Louise se encuentra en constante huida y en su persecución Sayers y Becker inician una trepidante carrera por el continente americano. La introducción de personajes reales supone un gancho para el lector, si bien yo no conocía a Tom Sayers, si conocía a Henry Irving y a Bram Stocker y para mí eso la ha dotado de atractivo.
Si tengo que resaltar algo de este libro sin duda alguna me quedo con la ambientación, a la que le daría la máxima nota, sin embargo y aunque no suelo puntuar el libro se quedaría bastante por debajo porque no me ha terminado de llegar, y creo que el escollo ha sido la introducción del errabundo, como si el mal no pudiera existir sin dotarlo de una fuerza sobrenatural. Sin embargo, yo recomendaría leer la novela para que cada uno llegue a sus propias conclusiones, puesto que lo que a mí no me ha terminado de llegar quizás para otro sea el atractivo principal.
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