Revista Comunicación

El Reino del Revés también es #MarcaEspaña

Publicado el 10 diciembre 2013 por Lorena White @lorenagwhite

Me dijeron que en el Reino del Revés
nadie baila con los pies,
que un ladrón es vigilante y otro es juez
y que dos y dos son tres.

Decía este poema de María Elena Walsh que en el Reino del Revés “un ladrón es vigilante y otro es juez“. Y no me negaréis que la decisión que ha comado el Tribunal Superior de Justicia de seguir con la causa contra el juez Elpidio Silva, no es de un mundo al revés. Te quedas frente a la tele cuando dan la noticia como pasmado, preguntándote quizá, por qué un juez va a juzgar a otro juez que está investigando los presuntos delitos de los que realmente son criminales. Por qué la justicia permite algo que suena a película, a risa, a parodia (Nacional, nunca mejor dicho). Y luego hay quien dice que en este país no se cree ni en la política ni en la justicia. Oiga, usted perdone, amigo, pero acabo de saber que han dejado abierta una querella contra un juez por hacer su trabajo, que es juzgar.

silva

Sin querer se me viene a la mente Garzón, (ay, ya lo sé, qué argumento más manido) y a su inhabilitación por los crímenes del franquismo, la Gürtel… Que hay quien encontrará motivos políticos de peso para tomar una decisión tan drástica y pésima para la democracia como es destituir a un juez. Pero es que no hace falta meter las narices en el doloroso pasado que todavía, parece, tenemos abierto en canal. Sólo hace falta señalar a alguien con el dedo por haber malversado dinero de todos y que ése alguien tenga muchos amigos e influencias, quizá, poco recomendables.

Aunque supongo que en la profesión de magistrado, como en todas, meter las narices en los asuntos que a alguien no le interesa que salgan a la luz, conlleva riesgos. Y si bien no es la primera vez que Silva ha denunciado presiones de todo tipo, falta de medios y la sanción que le apartaba del caso Blesa durante cuatro meses y que justo finalizaba ayer, que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid diga ahora que hay indicios de que Silva ha cometido prevaricación, más que una decisión justa y objetiva, parece una vendetta de las buenas, de aquellos que tienen intereses cruzados con Blesa y a los que quizá no les haría mucha gracia que él acabara en la cárcel.

Porque parece ser que el expresidente de Caja Madrid, que ya ha dado con sus elegantes posaderas en la cárcel en dos ocasiones, no quiere que sean tres. Porque sigue afirmando que es inocente de los delitos que se le imputan, aunque la orgía de cifras de preferentes y malas prácticas que llevaron a la caja a la quiebra y dejara a muchos ciudadanos sin sus ahorros, baile al son de una música que recuerda a la de El Padrino, con perdón del Padrino, por supuesto. Que hay quienes además de vivir en su propio mundo de fantasías políticas (como Montoro, que sigue haciendo declaraciones indendiarias. Que digo yo, que por tenerle como Ministro nos podíamos deducir algo en Hacienda o recibir una subvención), se creen con todo el derecho a elegir juez, juicio y fianza a la carta.

Y que se atrevan, aquellos que defienden la Marca España, a decir que en este país la justicia es para todos igual. Para Blesa y para Silva, desde luego, parece que no.


 


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