Revista Cultura y Ocio

El rey de nada – @Silenciovioleta

Por De Krakens Y Sirenas @krakensysirenas

Siempre pensé que eras un concierto a media noche y un baile entre la niebla. Las botellas vacías han empezado a recordarme que estoy lleno de tu ausencia. Menuda mierda de dignidad va a tener mi muerte si no te he sabido amar.

Tú bloqueándome en todas partes para que no pueda entrar en tu vida sin tener ni puta idea de lo metida que tú estás en la mía. Lo último que sé de ti es que esta noche he tenido un sueño contigo.

Vale, vale, la he cagado, pero ¿tan difícil es olvidarlo sin que te sea tan fácil olvidarme? Me llamaste hijo de puta y sin saber por qué, te quiero. Estoy sucio de ti.

Hace un frío del carajo pero tú siempre me calientas la cabeza. ¿A dónde me llevas? Este destierro son las calles que eran nuestras.

—Cállate. Deja de lanzar estiércol. Que la noche no está estrellada, que te has estrellado tú, con el pavoneo, con los mensajes a otras, con tus ganas de gustar, con tus sábanas de mierda. Que es al revés, que no te enteras, que el amor es la lengua por fuera y la bragueta cerrada por dentro. Que me tuve que amoldar a tu vida, a todo aquello que no querías perder por mi, que fui tu perro con correa y yo te traía hasta las piedras.
Que estás enfermo de ego, mírate, ahí en tu reino con tus miles de seguidores queriendo molar mintiendo con fotos que nunca nos hicimos. Llegué a creerme que no ser suficiente eran mis medallas. No me amas, sólo es orgullo de sentirte olvidado. Jamás te interesó mi tristeza.
Tú sólo querías que te hicieran feliz, que te dijeran lo maravilloso que eres camelando para conseguir cualquier cosa. Siempre sacando algo. Quiéreme tú y ya veré después qué hago ¿no? Serías capaz de morir apuñalado en un tiroteo con tal de llamar la atención.
¿Cuanta inopia necesitabas comprar ?
No cuidar a quien te ama es ser nadie y yo siempre estaba ahí. Te cuidé tanto que olvidé cuidarme. Te bastaba con decir que eras así, que no eras ningún ángel. Siempre esperaba que se iluminara el móvil. Era un hueco en tu agenda. Un recordatorio a final del día. Una meada de perrito. Para ti hablar era terminar follando y luego nada.
Te di la seguridad que tú me quitabas.
Déjalo. No me intentes. Ya no voy a ser un árbol en tu bosque.
Lo único barato que tienes son tus letras. El mundo era más emocionante. Todo estaba bien siempre y no pasaba nada. Quería que me echaras de menos y a ti te encantaban las despedidas. Tus amigos eran siempre el pastel y yo la servilleta. ¿Sabes cuántas veces me sentó mal la razón? ¿Cuantas veces mi silencio te dio otra oportunidad?
Tenías que haber avisado que para quererte primero te tenía que odiar.

—Nunca me escribías cuando lo necesitaba.

—Te gustaban más los planes sin mí. Sólo intentaba no agobiarte, me importabas demasiado como para no autoconvencerme de que no eras tan importante. Simple supervivencia cuando no hay nadie. Tu hombría no te dejaba pedirme nada.

—Me sentía solo.

—Yo siempre estaba sola.

—Quería gustarte.

—Ya me gustabas.

—No quería que me dieras por sentado.

—Yo ya estaba sentada.

—Cambiaré

—A mi ya me has cambiado.

—Mi descapotable está en venta sin ti.

—Bah mira cállate.

—No sé cómo prefieres vivir sin tenerme, con todo lo que yo te daba.

—Mírate, eres el rey de nada.

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