Revista Opinión

El sacrosanto déficit no puede ser una excusa para arremeter contra el estado del bienestar

Publicado el 07 septiembre 2011 por Espeangel @luigiaguilar

El sacrosanto déficit no puede ser una excusa para arremeter contra el estado del bienestar
Hay que pararles los pies
Comunidades Cristianas Populares del Estado Español (CCP)El sacrosanto déficit no puede ser una excusa para arremeter contra el estado del bienestar
queremos levantar nuestra voz, una vez más, contra este neoliberalismo salvaje, ya que cada día que pasa se va imponiendo más en todos los terrenos. La preponderancia del sacrosanto déficit no puede ser una excusa para arremeter contra el estado del bienestar, empobreciendo cada vez más a los más desfavorecidos -hoy ya incluso a mucha clase media- y favoreciendo como nunca a quienes siguen enriqueciéndose en esta crisis.
El sacrosanto déficit no puede ser una excusa para arremeter contra el estado del bienestar
Hasta ahora nos decían que España, (o Zapatero) cumplían “los deberes”. Deberes que les impone un sistema financiero, que cínicamente llama inversores a los que en realidad son jugadores de bolsa, porque lo que compran es para la reventa y la especulación –caiga quien caiga- y no para la inversión. Estos señores han impuesto los deberes a los políticos anteriormente elegidos y los políticos desgraciadamente han obedecido.
El sacrosanto déficit no puede ser una excusa para arremeter contra el estado del bienestarEn esta ocasión han dado un nuevo paso muy significativo, requiriendo hasta el cambio en la Constitución, y los representantes del bipartidismo español, han vuelto a obedecer, rompiendo el consenso constitucional y desoyendo la opinión del resto de los partidos del parlamento y de una ciudadanía que creemos mayoritariamente en contra. Que PSOE y PP tengan una mayoría de votos, no les da patente de corso para hacer lo que les dé la gana, cuando tanta gente en las calles, plazas y barrios, están censurando sus prácticas, engaños, corrupciones y privilegios.
El sacrosanto déficit no puede ser una excusa para arremeter contra el estado del bienestar


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