El Sahara marroquí

La mayoría de los españoles, desde los progresistas hasta las reminiscencias del franquismo, coinciden en pedir que el Sahara Occidental, colonia desde 1884 declarada “provincia” desde 1958 hasta 1976, sea independiente de Marruecos.

El gobierno de Rajoy acaba de anunciar cariacontecido que respalda una reciente sentencia del Tribunal Europeo de Estrasburgo que apoya a los saharauis frente a Marruecos.

Los gobiernos democráticos españoles sostuvieron solo con medias palabras la independencia saharaui, reclamada por la ONU y dirigida por el Frente Polisario: una mayor presión irrita a Marruecos, puerta para las invasiones de pateras africanas.

Este cronista se incrustó entre polisarios en varias expediciones para informar de su tremenda contundencia para destruir unidades militares marroquíes, acciones muy sangrientas que se extendieron hasta 1991, cuando se hundió la URRS.

Desde entonces el mundo ha cambiado: ya no hay guerra fría. EEUU era aliado de Marruecos y España, mientras que la URSS, apoyaba a Argelia, y esta a los saharauis.

Era la geoespolítica: controlar la influencia y riqueza del norte de África, y el Estrecho de Gibraltar, todo el Mediterráneo y los mares del fondo, como el Negro, dominio de la URSS.

A España le beneficiaba apoyar a EE.UU. y Marruecos, pero los románticos españoles preferían al Polisario, pese a que ya desde antes y después de la invasión marroquí había matado a decenas de pescadores y militares españoles.

En una superficie de la mitad de España, en 1974 el Sahara español tenía censados a 66.925 habitantes. Hoy serían 595.046 por la emigración de marroquíes hacia allí.

Sin romanticismos, y ante el crecimiento del islamismo sahariano y subsahariano, incluido el saharaui, oigamos a Sun Tzu: “Si tu enemigo cercano ataca a un general lejano, alégrate: aleja el peligro de ti”.

Interés geoestratégico: es preferible que Marruecos avance sobre el sur a que ese sur fanatizado peligrosamente vaya sobre Marruecos y que siga subiendo hacia aquí.

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SALAS