Revista Cultura y Ocio

«El santo de Villalobos», de Pascual Martínez

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«El elevado índice de analfabetismo y el aislamiento durante décadas han ralentizado el proceso de modernización. Consecuencia: fervor religioso desmesurado y creencias arraigadas. Para sus seguidores, los santeros son unos enviados del cielo, y se ha normalizado su presencia y la certeza de que hacen milagros.»

«El santo de Villalobos», de Pascual MartínezReseña escrita por Maudy Ventosa.

La última novela del escritor riojano Pascual Martínez, lo consagra definitivamente como uno de los autores imprescindibles a tener en cuenta, como un buen representante de la novela negra y policiaca en nuestro país. En “El santo de Villalobos”, volvemos a encontrarnos con el sargento de la guardia civil Ernesto Pitana como protagonista principal, y que el autor ya nos presentó en su primera novela, “La patria de los suicidas”, galardonada con el VIII Premio de Narrativa del Ateneo Riojano. Ha sido publicado por la Editorial Siruela.

«El santo de Villalobos», de Pascual MartínezPascual Martínez ha hecho una buena labor de investigación utilizando personajes de “santos” que existieron en lugares recónditos de la geografía española y que, aún hoy, gozan de enorme popularidad, como Custodio y Luisico. ¿Es posible que fueran mitad hombres, mitad dioses? Está claro que la fe mueve montañas, aunque se necesita tener una ilimitada para asirse a la esperanza cuando la ciencia falla. ¿Qué haríamos cualquiera de nosotros, tan racionales e intelectuales, si alguien nos asegurara que existe una persona que puede salvar a un ser querido y cercano que los médicos han desahuciado y solo queda esperar que acabe de sufrir?…

El santo de Villalobos es casi una novela coral por la cantidad de personajes, perfectamente definidos, heterogéneos y singulares que participan y tienen una historia detrás y características propias. Interaccionan porque en el pueblo de Iznájar, donde se encuentra el Cuartel de la Guardia Civil, no tienen más remedio que convivir y participar de la vida de los demás, y su relación, tanto personal como profesional es muy estrecha. Allí ha sido destinado Pitana, a un lugar lleno de olivos en el que no es inusual que la gente se suicide colgando de sus ramas y del que le gustaría huir cuanto antes; un pueblo que sigue creyendo en leyendas ancestrales que hablan de santos y milagros, en el que, algunos, para sobrevivir, cazan muflones de manera furtiva.

Curiosamente, los poderes milagreros que se atribuyen a los santones de la zona se van heredando, y los que obtienen el favor no son hombres eruditos ni jóvenes; son humildes personajes, de mediana edad que, a la muerte de un santo, son bendecidos por poderes sobrenaturales que les permiten sanar a fieles que les siguen con veneración. La historia comienza cuando aparece un cadáver en la playa de Valdearenas. Se trata de un septuagenario delgado y de cabellos canos con las manos embridadas a la espalda. No es otro que El santo de Villalobos. Le han descerrajado un tiro de escopeta, pero antes le golpearon en la cabeza; un hombre muy popular de nombre Martín Urquijo Lamata al que todos querían y que no cobraba por sus servicios. Pitana sabe que él y su equipo no lo tienen fácil: les toca investigar quién ha matado a un santo.

El sargento sigue con los fantasmas que le acompañan desde la muerte de Pilar, su mujer, el gran amor de su vida, a pesar de querer pasar página y rehacer su vida con nuevas relaciones. Los recuerdos y el dolor lo acompañan, lo que le convierte en un hombre de mala leche que sentencia cada vez que habla, pero que no le quita un ápice de lucidez para iniciar la difícil investigación.

El autor no solo se ha documentado sobre la labor que desarrollan los investigadores a la hora de esclarecer un crimen, sino también sobre los mecanismos psicológicos que subyacen en la mente humana para creer ciegamente en algo cuando la razón indica lo contrario, como por ejemplo el efecto placebo del agua milagrosa que puede ayudar a aliviar síntomas al enfermo, y paliar las manifestaciones relacionados con la dolencia… si creen en ello, provocará una percepción de la realidad diferente. ¿Se trata de radicalismo religioso?

No falta en esta historia el cura guapo del pueblo que añora un amor de juventud, ni el tema de los trastornos alimenticios en los jóvenes, ni la homosexualidad que, ante la incomprensión lleva al intento de suicidio, ni la mujer madura y bella que, huyendo de un pasado duro y doloroso, busca en este lugar apartado del mundo, sosiego y paz para el alma, ni la joven guardia civil traumatizada por los acontecimientos que tuvo que vivir en su último destino… Con un humor fino, que raya en la ironía más absoluta, Pascual Martínez va conduciendo esta historia de buenos que buscan soluciones en una fe pagana convertida en religión.

… Su asesino es alguien inconsolable, alguien que removió cielo y tierra para salvar lo que más quería y, aun así, no lo logró. Como le pasó a usted, sargento…

PERSONAJES:

  • Ernesto Pitana, el sargento, se había acostumbrado a los fantasmas. Su mujer, Pilar, había muerto. Su gran amor. Desde entonces no volvió a celebrar las navidades. No entiende las nuevas tecnologías. Tiene retranca y mala leche. Es terco y raro. Desde que vivía en tierras cordobesas, muchos de sus ideales se habían tambaleado.
  • Montero, cabo. Es a la única que tutea Pitaña. El sargento confiaba en aquella mujerona desde que pisó el suelo cordobés y se estableció un vínculo especial entre ellos, a pesar de sus pullas y su altanería. No ha podido tener hijos. Su matrimonio fue una mala experiencia.

Y Diego Martínez, con perilla quijotesca que tuvo una madre castrante, neurótica y desabrida por lo que él salió pusilánime; y el cordobés Rafael Lebrija, cultivado en variopintas materias. Erudito. Eficaz. Calmado y analítico; y Bernabé Galarza, director general de la Guardia Civil y excuñado de Pitaña; y Antonio Palomeque, al que a pesar de sus sorprendentes ocurrencias, el sargento le está cogiendo cariño, que es histriónico, pero en esencia, un hombre bueno; eI daira Tavares, la hermosa canaria de ojos azules, que es la novia bandera de Martínez; y Paz Sesma, la agente con orejas de elfo, mentón retraído y unos ojos verdes que resplandecían como aceitunas bañadas en aceite; y Espínola, y Luis Aceituno Valdivia, el santo Luisico; y Custodio Pérez Aranda; y la psicóloga Lara Campos, y muchos más que tendrán que descubrir…

Lee y disfruta de un fragmento de la novela.

El autor:«El santo de Villalobos», de Pascual Martínez
Pascual Martínez (Logroño, 1973) es Diplomado en Educación Física. Actualmente ejerce como funcionario en la Comunidad Autónoma de la Rioja. Su primera novela negra, La patria de los suicidas (Siruela, 2021) ha sido galardonada con el VIII Premio de Narrativa del Ateneo Riojano.

El libro:
El santo de Villalobos ha sido publicado por Ediciones Siruela en su Colección Nuevos Tiempos, 519. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 206 páginas.

Como complemento pongo el vídeo de la presentación en Logroño de El santo de Villalobos de Pascual Martínez.


Volver a la Portada de Logo Paperblog