En los sectores eléctrico y petrolero se encuentran en un constante enfrentamiento por argumentar acerca del impacto y beneficio para la sociedad, y ahora el tema se pasa con relación a la descarbonización y sus costes para la sociedad, tomando en consideración que este es uno de los proceso con los que se encuentran luchando diversas naciones por las emisiones de CO2 (un costo que además se traslada a la ciudadanía mediante impuestos; uno de los principales asteriscos para las compañías energéticas).
Ahora bien, de parte del sector eléctrico ha hecho énfasis que los denominados como impuestos verdes sean trasladados a la empresa que mayor contaminan. como son aquellas que hacen uso de generación de energía a través de gas y carbón, además de la industria petrolera cuya principal fuente de contaminación se realiza mediante el suministro de combustible empleado para la movilidad y el transporte.
Así, en un contexto dónde todavía hay muchos aspectos por aclarar, como cuáles serán las medidas para hacer frente a dicho proceso de descarbonización, entre tanto sigue el derretimiento de los Polos, sale a lanzar sus reclamaciones del presidente de Repsol, Antonio Brufau.
Los argumentos
En particular, el ejecutivo Mollerusa es quién ha expresado su opinión alrededor de coche eléctrico y lo que para el son sus grandes mentiras expuestas. Haciéndose énfasis en que no es cierto que los vehículos eléctricos no produzcan CO2, y que su subvención no reduce dicha emisión; incluso, de acuerdo al proceso de fabricación de carros eléctricos se pueden llegar a generar el doble de emisión en comparación con la fabricación de una batería convencional.
Con lo cual, la tesis que se expone hace referencia a que los vehículos eléctricos pueden ser aún más contaminantes debido a que su consumo energético depende en gran medida de algunas materias primas que son altanamente contaminantes, como el carbón. Por lo que debería de establecerse cuál coche produce mayor contaminación, si aquel que hace uso de un combustible fósil, o aquel que emplea una batería que genera electricidad pero que ha sido producida de carbón.
Al final, es evidente que este tipo de reclamos se deben a la labor que se encuentra realizando el sector eléctrico (un trabajo que ya tiene tiempo gestionándose) que intentan convencer a los diversos gobiernos de que los impuestos verdes sean asumidos tanto por el sector energético y sus actividades correlacionadas.
El sector eléctrico en su labor para que el sector petrolero asuma los gastos
Mientras tanto los presidentes de Iberdrola y Endesa han tomado una posición en que este tipo de impuestos en partea (del 7%) sean trasladados a los clientes. Sin embargo, algún tiempo después se ha podido convencer al Fondo de Eficiencia Energética para que el coste fuera trasladado a todos los niveles del sector petrolero y sus industrias; lo que ha provocado una derrama media de 225 millones de euros al año por este tipo de impuestos (el cual es fondeado por las más de 500 compañías establecidas en el país -incluyendo Cepsa, Repsol, BP y más-).
Y en estos momentos, la mayoría de eléctricas se esmeran por convencer a los distintos gobiernos para que también el sector petrolero realice el pago de un puesto verde, aplicándose a actividades con la refinación y transportación mediante oleoductos. Lo cual nos lleva a que el sector petrolero no desee conocer del asunto. Lo que enfrenta a los dos sectores que no están dispuestos en dar marcha atrás.
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